Centrándonos de nuevo (pero pensando en el centro de verdad, o sea, la nada, como le gusta al personajillo retratado mensajes atrás), empiezo a morirme de ganas de ver la película. Normalmente no me da el hype hasta un par de días antes de ir a verla, pero a poco que pienses lo que una cosa así te puede dar, se te acaban las uñas esperando.