Como yo ví La Amenaza Fantasma con veintidós años, la parte política no me pareció tan densa (aunque confieso que en aquel primer visionado el texto inicial me dejó descolocado: ¿¿impuestos y rutas que??
).
Pero también recuerdo que cuando era un crío no necesitaba entenderlo todo si veía una película que a lo mejor se salía un poco de mí rango de edad, seguía la historia, y si me preguntaba por cosas que me parecían interesantes, pues mejor, ya le sacaría el jugo, eso me enganchaba.
Por poner un ejemplo comiquero, DKR es mi cómic preferido desde los doce o trece años, a esa edad las narices pillas toda la miga que tiene, pero si la suficiente como para apreciar que lo que tienes delante es un pepino.
Descubrí Akira a los catorce, y me atrapó totalmente, aunque no entendiese todo su simbolismo, si lo suficiente.
En serio, las dudas son buenas, te hacen preguntarte y plantearte cosas, al menos si eres de mente inquieta; que no les priven a los chavales de la capacidad y la oportunidad de decidir si prefieren hacérselas o no.