Comento brevemente algunas de mis lecturas de Batman en los últimos días.
Batman: El Detective
Miniserie de seis números escrita por Tom Taylor y dibujada por Andy Kubert que se centra en un hipotético futuro en el que Batman debe hacer frente a un enemigo está obsesionado con eliminar a todos aquellos que el Caballero Oscuro ha salvado la vida. El guionista retrata a un Batman de cierta edad que ha perdido a todos sus seres queridos en los últimos años y que deberá recuperar a viejos conocidos del pasado como Henri Ducard o la Caballera, personaje creado por Grant Morrison y que de alguna forma representa una versión de Batman en el Reino Unido. La historia se desarrolla en Europa, donde nuestro protagonista contará con varios aliados y sacará a relucir una red de colaboradores que nos recuerdan mucho a Batman Inc., otro de los conceptos que creara Morrison.
A mí me ha gustado mucho, quizá de lo mejor del personaje en los últimos tiempos. Vemos a un Batman muy bien retratado, haciendo hincapié en su faceta de detective, como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta el título, pero que también profundiza en otros aspectos de evolución como personaje a lo largo de las décadas como esa dualidad entre héroe solitario y miembro de una batfamilia, que siempre arroja luces y sombras sobre este icono. Taylor parece muy interesado en dar cierto énfasis a que la lucha contra el crimen no es algo que se pueda hacer en solitario, o al menos que hay situaciones en las que se requiere de cierta ayuda. También intenta mostrar la cara amable de Bruce gracias a la interacción con la nueva Escudera, personaje crucial para añadir ciertas dosis de humanidad, sobre todo en el desenlace de la historia. También es importante resaltar como se explora el papel de héroe del protagonista, cuya principal misión es la de salvar vidas, aunque de cara al lector quizá no lo merezcan en absoluto.
En líneas generales la miniserie está muy bien y es bastante disfrutable, ofreciendo en parte aquello que se echa en falta en la serie regular actual. Tenemos un buen tratamiento de los personajes, una trama muy bien urdida, con bastantes dosis de tensión y suspense, así como una conexión con el pasado de Batman, pero sin por ello reinventar nada, sino respetando la continuidad, por así decirlo, pese a que eso en DC es mucho más complicado de lo que parece. Buen trabajo el de Taylor aquí, al que se le nota un poco su predilección por el espionaje y ese tipo de argumentos. Además, todo esto se completa con el arte de Andy Kubert, un artista que ya ha demostrado en más de una ocasión que se le da muy bien dibujar a Batman y su entorno, cuyo trabajo es perfecto para el tono que imprime el guionista. En mi opinión, una lectura recomendable para los seguidores de Batman, tan maltratados últimamente. Yo, por lo menos, la he disfrutado mucho y me ha dejado un muy buen sabor de boca.
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Batman: El largo Halloween Especial.
Después de más de 20 años, Jeph Loeb y Tim Sale se reúnen de nuevo para narra una especie de secuela de una de sus obras más aclamadas. En la víspera de Halloween se comienza a fraguar un golpe de la mano del Hombre Calendario y Batman deberá detenerlo con la colaboración de nada más y nada menos que Dos Caras. Los autores vuelven sobre el escenario de un Batman en sus primeros años, con la incorporación de Robin, recuperando también a los protagonistas de la miniserie original. Una historia entretenida, centrada quizá en el villano festivo por excelencia y que juega también con la dualidad de Harvey Dent y su posibilidad de redención o sanación, gracias al apoyo de su mujer.
No está mal. Me ha resultado una lectura entretenida. Quizá se pierde el factor sorpresa en algunos aspectos, pero hay que reconocer que no es una historia mal traída y está bien conectada con la obra original. Tampoco voy a decir que sea imprescindible, pese a que tiene ciertos puntos de continuidad más o menos interesantes, pero tampoco es un mal complemento su lectura, que es bastante amena. Se nota perfectamente lo bien que funciona este equipo de artistas, sobre todo Tim Sale, aunque se le nota al dibujante que ya no tiene la frescura d la juventud. Me gusta su trabajo, y no lo hace nada mal,pero es evidente que se comienzan a apreciar ciertas irregularidades en su trazo, que antes costaba mucho más verlas. Quién tuvo retuvo, eso es evidente, pero me da la sensación que Sale no está ya para muchos trotes en el tablero de dibujo.
Lo peor de todo, sin duda, el formato elegido por ECC para esta publicación, un tomo en tapa dura de 56 páginas, que alcanza el precio de casi 11 euros. Cómic americano a precio de europeo, pero a menor tamaño y sin ninguna otra relación más allá del precio. Yo creo que esto se podría haber publicado en grapa perfectamente, o al menos haber dado la opción de elegir a los potenciales compradores, como se ha hecho en otra ocasiones. Mientras en la línea Komodo tenemos series clásicas en grapa, aquí tenemos todo lo contrario, ofreciendo así una de cal y otra de arena en un mercado que yo cada vez entiendo menos. Supongo que habrá vendido bien, pero desde luego no es esta la forma de publicar algo que debería estar accesible al gran público para acercarlo más, en lugar de alejarlo.