A mi, cuanto más se enreda, cuantas más vueltas de tuerca le da a su imaginario particular, más me gusta. Incluso en Joe el Bárbaro las encontramos dentro de su, entre comillas, simplicidad.
Doom Patrol es una maravilla haciendo sencilla la comprensión de cómo hackear un cerebro y meterse dentro mientras un guardián con un tiesto hace de cortafuegos, unos monstruosos, al menos a mi me lo parecieron, malotes con tijeras que ahora mismo no recuerdo si te recortaba las ideas, o las palabras, o los recuerdos, da igual, la idea creo que se entiende. Suelta ideas así número tras número, sin esfuerzo, como un rey Melchor generoso repartiendo caramelos en la cabalgata. Y eso me vuelve loco de Morrison. Llevar ideas extremas y hacerlas comprensibles, y sobretodo, digeribles, a la mayoría de lectores que quieren entrar en su juego.
Lo que hace en siete soldados, a otro nivel, evidentemente, pero con la misma imaginería, es apabullante. El montonazo de ideas, de locura y el modo de unirlo todo dándolo un sentido, está al alcance de muy pocos.
Superman beyond... Esa gema que brilla y deslumbra con luz propia entre las joyas que esconde Crisis Final es su-bli-me. Necesito una relectura, pero no se me olvida esa tierra del Limbo, en donde poco a pocos vas olvidando todos tus recuerdos y abandonándote al olvido, o el mundo del vacío, del cero, de la nada, del mundo donde la nada lo es todo, y a la que Morrison premia con un "no quiero perder todas las cosas hermosas que hay aquí".
Maravillosas todas, inamovibles en mi top 10. Pero, en mi opinión, completamente subjetiva y rellena de recuerdo de los 16 ó 17 añitos, un peldaño por debajo de Animal Man.