Hay que entender que los Coen fueron una de las últimas propuestas de cine de autor americano de potencia y calado de principios de los 90, que es cuando empiezan a entregar sus mejores trabajos, después de una ópera prima tan cojonuda como Sangre Fácil. El tema era que América empezó a crecer con cine interesante que era visto con buenos ojos por los medios y la crítica especializada de otros países, hasta el punto de que ese relevo generacional, no se ha producido hoy día, y ha quedado un poco cojo. Tenemos también por ahí a Paul Thomas Anderson, que es otro claro referente del cine de autor americano del último cuarto de siglo, pero no parece que haya propuestas jóvenes que vayan cogiendo esa entidad.
Sobre por qué el Gran Salto se considera una de sus películas menores:
En parte, porque el diseño de producción es claramente un intruso en su cinematografía, más propio de un expresionismo decadente de Burton o Gillian (esos archivos gigantes, las salas de la empresa, la arquitectura gótica de la ciudad), que de los Coen. Es una película que no guarda ningún paralelismo artístico con el resto de sus obras, y aunque guarda muchos elementos cómicos propios de los hermanos (la escena de la sala de juntas con la ventana, por ejemplo), creo que no dieron exactamente con la tecla en la caracterización de personajes, ni con la Leigh a lo Lois Lane puñetera, ni con el tonto Clark Kent que interpreta Tim Robbins. Es una película que no parece suya, en la que falta la visión especial que suelen arrojar sobre cualquier temática.
En taquilla fue un fracaso, por cierto.
Arizona Baby en cambio SÍ que tiene todos los elementos de una cinta de los Coen (incluso simplificando; dinero, secuestro, rescate), con una estética que es marca de la casa, pero que en esta cinta todavía está muy, muy, muy verde. No olvidemos que Sangre Fácil fue una incursión en el thriller serio, un camino en el que no volverían a adentrarse hasta No es país para viejos, casi 23 años después. Sin embargo, Arizona Baby es la síntesis de su arte, aun sin pulir. Falla la narrativa, no tan redonda, y la caracterización de los personajes, aún demasiado plana (pasa con el motorista, que es casi una caricatura). Un estilo propio y una temática que irían perfeccionando cada vez más con los años.
En cualquier caso, como ya digo en el artículo, no tienen peli mala, aunque sí algunas muy flojas (Crueldad Intolerable es un encargo, y claro...).
Pero lo digo en serio; quien no entiende Fargo, el Gran Lebowski, Muerte entre las Flores o El hombre que no estuvo allí, no entiende a los Coen, ni el núcleo duro de lo que son. Tengo más esperanzas en alguien que no disfrute de No es país para viejos (que para mí es una gozada y una de las mejores películas de los últimos 10 años), porque sí que es algo inusual y diferente en su filmografía, más próxima siempre a la comedia negra.
En cualquier caso, es posible que sean, sin lugar a disputa, los mejores cineastas americanos de los últimos 30 años. Por encima de Tarantino, Scott (produce en USA), o el mismo Anderson.
Sin ellos no se puede entender el cine americano moderno, y son pieza esencial de este arte.
Algo que se estudia ya, pero que se estudiará mucho más, en décadas venideras, al nivel de Scorsese o Kurosawa.
Es lo que tiene ser un genio en tu época.