Perdón, llego tarde al tema porque ayer no me pude conectar, pero quiero dejar mi opinión.
Respecto al tema de la "piratería", creo que no veis el enfoque desde el lado de la industria (nadie tiene que hacerlo, ojo, sólo digo que nunca se tiene en cuenta), y pensáis que lo que pasa en el comic-book yanqui en España es la norma en todo, porque es lo que leéis.
Yo no voy a justificar a la empresa en este caso, no es mi función en el foro, ni voy a defender o atacar la "piratería" (tampoco viene al caso) pero perdéis de vista que no se pueden cerrar los ojos ante una situación -la tradumaquetación- que supone, de hecho, una merma muy, muy importante en los ingresos de las editoriales que contratan material extranjero para su edición en España.
Que sí, que vale, que en el caso de los tebeos yanquis de Marvel es un mínimo, un porcentaje muy pequeñito de lectores que sólo se miran los tebeos en la pantalla. Y que, sobre todo cuando hablamos de material antiguo, prácticamente es irrelevante el número de ejemplares que dejan de venderse por esta razón.
Pero el caso de los mangas, por ejemplo, es un ESCÁNDALO. Cada semana, miles y miles de chavales se leen tooooooodas las revistas y los capítulos nuevos de sus series favoritas cuando están desayunando, porque ya se han tradumaquetado por su edición en Japón unas horas antes. O se pueden leer en un fin de semana todo pon-aquí-el-título-que-quieras en cualquiera de las decenas de webs donde se enlazan dichas "adaptaciones". Y eso repercute TANTO en las ventas (es decir, en las NO ventas), que algunas series deben dejar de publicarse, cancelarse antes de su conclusión, o incluso no llegan a contratarse porque las pérdidas que se generan son inmensas. Se "pierde" (se deja de vender) más de la mitad, a veces mucho más, de la tirada por esta razón.
Está claro que en caso del artículo de Óscar ha dado la impresión de que les picaba el pie y se han rascado la espalda. No comparo con otros canales de distribución de otros productos culturales (a mi me cortaron la línea de internet en EEUU por bajar un capítulo de Juego de Tronos que no pude ver en directo), ni veo que tenga sentido comparar lo que sucede en el cómic con lo que sucedió en la música a comienzos de siglo con Napster. Pero decir que una editorial (cualquiera) no tiene derecho a pedir, a exigir, que no se promocionen actividades ilegales -y que no nos gusten las leyes, no nos exime de cumplirlas- es no saber cómo funciona el sistema.