De hecho, todo esto ocurre porqué a mucha gente no le gusta (y no conoce a) Superman y los creativos se dejan llevar porqué creen que es la dirección adecuada.
No gusta que sea el Primer Superhéroe (rechacen imitaciones, amigos), su moral impecable, sus dudas intrínsecas a su condición superpoderosa, su sonrisa Profident, su traje molón, su incansable lucha por inspirar a la Humanidad y que si le tocas mucho los huevos te da una ostia que no quieres dos, pero que siempre intentará resolver las situaciones con ingenio, a pesar de que Luthor o Bats le consideren algo tontorrón en el aspecto detectivesco.
Ya tenemos un montón de héroes de moral difusa, restreñidos, tristones, turbios, amantes de la botella, sin un buen imaginárum (Super-Familia, Krypton, Fortaleza de la Soledad...), que están cabreados con el mundo y consigo mismos.
Y desde el desprecio a Superman se pretende que las representaciones de Superman se chuten su esencia para hacer un héroe "más realista".
Y más realista mis narices, digo yo.
Si te chutas su esencia, lo que le hace especial, desprecias su potencial.
Hace falta más Superman. Mucho más.
Y eso Moore (Supreme), Morrison (All-Star) o Millar (Adventures) lo entendieron a la perfección. Eso es Superman. Y si no te gusta, perfecto, pero no pretendas que sea un Lobezno que vuela. Porque eso no es Superman.
Por lo tanto sí: calzones por fuera, traje azulgrana y tarta de manzana.
PD:
Que por cierto, me estoy leyendo ahora las etapas de Jurgens, Louise Simonson, Ordway y Stern, donde ves cada cosa...
¿Qué época es?
Mi colección post-Crisis va del 1986 a 1991 y a partir de ahí saltos y más saltos.