He leído
Vengadores Nº 92-96.
Retomo la lectura de la serie tras
anterior comentario.
Con esta larga saga diría que llegamos a la fase final de Mark Waid al frente de los Vengadores, aunque no ha estado solo en su despedida, siendo acompañado por Jim Zub y Al Ewing en esta mastodóntica línea argumental desarrollada en 16 capítulos, publicados originalmente con una cadencia semanal. Mi sensación, en líneas generales, es de que estamos ante un proyecto bastante mediocre, incluso aburrido en su primera mitad, aproximadamente, donde el argumento brilla por su ausencia uy estamos ante una consecución de peleas y un auténtico quién es quién del Universo Marvel. Me ha recordado mucho aquella primera saga de los Vengadores de Busiek, pero sin el talento del guionista y sin la presencia de George Pérez. No obstante, a medida que nos acercamos al final, me ha parecido que la acción decrece y tenemos un mayor desarrollo de los personajes y no deja tan mal sabor de boca como cabía esperar. No obstante, creo que no hacía falta tantísimas páginas para desarrollar una historia que no deja de ser una especie de remake de Contienda de Campeones, la primera miniserie que publicó la Casa de las Ideas y que tuvo al menos una secuela. Quizá hay algunos aspectos añadidos, pero básicamente no deja de ser lo mismo en esencia. Además, pero narrado, e intentando mantener al lector en suspense durante un tiempo, sin demasiado sentido.
Si bien es cierto que la parte negativa sea reunir a todos los personajes de la franquicia en una saga que no tiene demasiada chicha para lo que realmente se cuenta en tantísimas páginas, si hay que reconocerle el mérito de emplear otro tipo de recurso editorial que no sea el crossover, y contarlo todo en la misma cabecera con una periodicidad menor a la habitual. Una especie de 52, pero con una décima parte de la calidad del semanario de DC, como mucho. Me ha parecido una historia demasiado simple, que abusa demasiado de la acción. Los primeros números llevan un ritmo demasiado vertiginoso, donde son peleas sin sentido ni explicación alguna, congregando una cantidad ingente de personajes, lo que dificulta un mínimo de desarrollo argumental. Entiendo que estamos ante la quintaesencia del género, pero llevado a su peor extremo. Después se va enmendando un poco, con la presencia de un nuevo personaje, la Viajera, lo que nos lleva a una historia de fondo en torno a ella, así como la revelación de lo que realmente está sucediendo en la línea argumental. De ese modo, van saliendo a flote conceptos como lo que significa ser un vengador, el importante papel de Jarvis en el grupo, guiños a momentos icónicos del pasado y algunos giros que dan un poco de emoción a una saga que a pesar de pretender ser un blockbuster se estaba quedando en algo muy plano, emocionalmente hablando. Los autores consiguen salvar un poco los muebles al final, pero desde luego no hacían falta tantas alforjas para este viaje. Como viene siendo habitual, una etapa de los Héroes más Poderosos de la Tierra muy descafeinada. Demasiado para mi gusto.
Uno de los aspectos que menos me ha gustado es la explicación que se le da al regreso de Hulk, que ya se vio en Imperio Secreto y que no me puedo creer que se establezca que es inmortal sin más. Es decir, esto se podría aplicar a cualquier personaje del Universo Marvel que haya resucitado en una o varias ocasiones. Aunque a veces una explicación sencilla puede ser muy brillante, aquí me da la sensación de estar timando al lector, incluso maltratando su inteligencia. No sé si Ewing tratará el tema en la cabecera del Gigante Esmeralda, o si con lo ya expuesto aquí es más que suficiente, pero con este tipo de exposición e argumentos, casi prefiero que no expliquen nada y regresen como lo han hecho otros vengadores sin que se hayan dado explicaciones al respecto. Desde luego, con detalles como éste cómo para no echar de menos a la Marvel clásica...
En el apartado gráfico tenemos un poco de todo. El español Pepe Larraz está bastante presente, aunque en los primeros números se ve que los plazos de entrega lo tenían bastante asfixiado, porque no es precisamente su mejor trabajo. Después le iremos viendo mucho mejor. También tenemos a Kim Jacinto, que me ha gustado un poco más que en otros trabajos suyos que he leído más recientes, sin ser ninguna maravilla. Para ser filipino, se echa de menos la rigurosidad habitual por el detalle de los artistas procedentes de Filipinas. Además tenemos a Paco Medina, que diría que ha sido el mejor de los tres. Curiosamente, y a pesar de la alternación de los dibujantes, ha habido cierta cohesión gráfica, algo que es de agradecer. Sinceramente, y en líneas generales, el dibujo no ha estado nada mal, y no es precisamente el aspecto más negativo de la saga, ni mucho menos. Ahora toca ver que hace Jason Aaron, aunque antes tendremos la miniserie de Mercurio, par ver si le dan definitivamente la puntilla a una serie de la que preveo que me bajaré más pronto que tarde...