He leído
Vengadores Nº 67-69.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Tenemos el primer arco argumental tras el debut de esta nueva formación y tengo que decir que a mí Waid me está convenciendo cada vez más. No sé si la serie tendrá un bajón importante, o perderá fuelle con el tiempo, pero yo estoy disfrutando mucho con la lectura, sintiéndome que no leía una serie de Vengadores con este regusto clásico desde hace bastante tiempo. Waid es un escritor con oficio y conocimiento del Universo Marvel, demuestra su cariño por los Héroes más Poderosos de la Tierra entre pelea y pelea se centra en uno de los detalles clave para entender la esencia del grupo: la interacción entre los miembros del equipo. De ese modo, trabaja en una relación entre el Capi y Thor, que parte de un espectacular beso que incendió las redes en su momento, pero que nos llevará a un punto más cercano cuando Sam conoce el gran secreto de esta Diosa del Trueno. A mí me ha recordado mucho a aquella época en la que la trinidad vengadora no conocía las identidades privadas de sus compañeros, o solo algunos que compartían el secreto. Waid recupera le concepto, pero adaptado a los tiempos, logrando también crear conexiones entre los protagonistas mediante un tratamiento de lo más humano.
El primer episodio de este bloque es toda una declaración de intenciones, recuperando al legendario Jarvis, y poniendo de manifiesto que estos Vengadores tendrán que hacerse a sí mismos con unos inicios mucho más modestos de los habituales. Waid aborda la situación de forma interesante, convirtiendo al grupo en un superequipo que casi vuelve a sus orígenes y que tendrá que reinventarse. Tampoco se me ha escapado esa crítica velada a la colección y la formación elegida, en pos de esa tendencia a lo políticamente correcto, que el guionista no parece estar de acuerdo si no es para hacer algo con ellos, independientemente de sus condición sexual o la etnia a la que pertenezcan. Incluso creo que hace un poco autocrítica al respecto, pero también hay que admitir que está trabajando con los personajes muy bien. Se aprecia la brecha generacional, de un modo similar a lo que sucedía e la etapa de Busiek con sus incorporaciones, entre ellas dos miembros de los Nuevos Guerreros. O incluso nos retrotrae más atrás cuando se producía el primer gran cambio de alineación con el Capi junto a dos mutantes y un arquero. La cuestión es que esta sangre nueva está muy bien tratada, consiguiendo que personajes que ya tiene una trayectoria interesante se introduzcan más si cabe en el centro neurálgico del Universo Marvel.
Siguiendo los guiños al pasado, tenemos una trama que gira en torno a la Visión, que recuerda mucho, como bien indica
Julián en el Spot On, a la primera aparición del sintezoide, con homenaje de portada obra de Alex Ross incluido. Además, esto sirve para revelar al antiguo villano en las sombras, que no es otro que
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Muy bien jugado, ya que el guionista utiliza conceptos conocidos y que fácilmente podemos asociar al grupo, en ese estilo a caballo entre los clásico y lo moderno. Por no mencionar la recuperación de villanos olvidados como Ciclón o Equinoccio. En definitiva, una línea argumental sustentada en los conceptos clásicos de los Héroes más Poderosos de la Tierra, sin grandes artificios, con un guion sólido y un escritor de oficio, que desde la simplicidad y el tratamiento de los personaje consigue ne pocos números ofrecernos una lectura divertida y perfectamente disfrutable. Si Waid sigue por este camino, me da a mí que puede ser una de las series que lea con mayor interés.
Por último, destacar en el apartado gráfico a Mahmud Asrar, un dibujante algo irregular en el que se observa cierta evolución. Que conste que prefiero a Kubert, como afirmaba en mi anterior comentario, pero en estos números me ha parecido que ha mejorado un poco y que es bastante más digerible. Me sigue pareciendo un artista algo verde al que le cuesta mucho dar forma a los rostros de los personajes, pero no es motivo de rechazo, al menos no en estos números. De todas formas, comparando los primeros números con el último, yo aprecio una evolución positiva en su trabajo, por lo que quizá si se mantiene mucho más tiempo veamos veamos eclosionar su estilo mostrando cierta madurez.