Pero es que no sé qué le exigís a Avatar, la verdad. A lo mejor es porque os fundisteis a ver trailers y luego no os sorprendió (defecto que cometen la gran mayoría de mis conocidos), o porque pusisteis unas expectativas desmesuradas en ella, o porque os esperabais una obra íntima y personal de Polanski.
Yo la vi sin saber qué me iba a encontrar, y lo que hallé me gustó. El plasma a medio metro, los cascos a tanto volumen que temblaban las ventanas del ático de mi edificio con cada explosión, una botella de Nestea casi congelado, el sofá mullido... y oye, me convencía lo que veía. La música, la presentación, los escenarios, el desarrollo... Todo muy manido, pero no reiterativo ni tampoco especialmente cansino. Las ves venir, pero no aburren, y la forma de desplegar Pandora ante los ojos del espectador es excelente. No es ni muchísimo menos mi tipo de película (no me convencen por regla general las críticas tan claras a la humanidad ni tampoco los muñequitos azules), pero todo lo que me dio lo acepté gustoso. Cine divertido y potente, del que de haber sido realizado en 1960 con los medios de la época hoy todos alabarían como el ejemplo a seguir alegando que "ya se no se hacen pelis así".
Es que vamos, estábamos hace unas semanas con las pelis de 2012 y Los Vengadores iba hinchada a votos, cuando creo yo que Avatar no solo no tiene nada que envidiarle sino que es hasta mejor, y se limpia el fango de los zapatos con el Universo Cinematográfico Marvel (salvo contadas excepciones como Guardianes o Capitán América 2).