Scalped Nº 10: El final de la senda.
Llegamos al final de esta epopeya lakota que nos presenta las últimas consecuencias de lo que podríamos denominar un tour de force trágico y violento, llegando a un clímax fraguado a sangre y fuego. Aaron nos lleva de la mano al final del camino, volviendo a quedar de manifiesto que lo verdaderamente importante de esta historia son los personajes y su entorno. La reserva Prairie Rose, un protagonista más de la serie, genera los cambios propios del paso del tiempo y la evolución de unos personajes que acaban abrazando su destino con fuerza. El caso más claro lo tenemos en la hija de Cuervo Rojo, convertida en algo que seguramente nunca imaginó, pero que obedece al desarrollo natural de los acontecimientos. Tengo que reconocer que me he llegado a emocionar, ya que Aaron realiza un gran trabajo de caracterización, por lo que sus creaciones tienen alma, lo que ayuda a sentirse unido sentimentalmente a ellos. El componente dramático siempre presente en esta serie y sus protagonistas.
Pero el foco central de esta última línea argumental es un trío de actores que han sido la pieza clave en este drama con tintes de novela negra y western. Se trata de Catcher, Cuervo Rojo y Dash Caballo Terco, los actores de una trama que se ha desarrollado a fuego lento, pero que nos ha mantenido con el corazón en la boca en todo momento. La transmisión de emociones hacia le lector en increíble, pero el destino estaba marcado y la turbulenta relación que los une desembocará en la aceptación de su papel en la vida. De ese modo, y sin destripar nada, hay que decir que el escritor cierra el círculo perfectamente, dejando a cada uno en el lugar que le corresponde tras recorrer esa especie de camino iniciático que ha supuesto la serie para los tres. Dash, aunque se vea obligado a seguir huyendo, lo hace por distintos motivos, ya que por fin ha encontrado el hogar que ha buscado durante toda su vida. Cuervo Rojo, por el contrario, asume una comunión con sus raíces de forma más pura, intentando dejar atrás la espiral de violencia en la que todo quedaba justificado por intentar hacer algo bueno para los suyos. Finalmente, Catcher, ese loco o visionario, depende a través de cristal con el que el lector lo escudriñe, parece conseguir todo lo que se propuso tras una epifanía llena de muerte y destrucción. En definitiva, se resuelve esa encrucijada de caminos en un escenario que no podía ser otro que el casino. Magníficas escenas finales, en las que se palpa la tensión del momento y se respira narración cinematográfica, siguiendo con ese estilo de serie televisiva que siempre ha impregnado esta obra y del que no se despegará hasta el final.
Como ya he dicho en más de una ocasión, y ratifico tras concluir mi lectura de esta apasionante obre de la línea Vertigo, Scalped es mucho más que un relato noir. Etiquetar esta serie con el género negro, el western o cualquier otro género es un gran error. Aaron da vida a unos personajes que se sumergen en el drama de la vida, lo que nos lleva a sentir la emoción y respirar la tragedia a muchos niveles, principalmente con el componente familiar de fondo. Además, está el trasfondo crítico y social, incluso casi podríamos decir que de carácter histórico, hacia una raza desplazada injustamente de sus raíces para acabar delimitada por lugares en los que la depravación toma el mando de sus vidas, denunciando una realidad. Un magnífico cocktail de elementos que forman un argumento sólido, apoyado en unos personajes que rezuman vitalidad y energía, consiguiendo que el lector empatice con ellos. Esto provoca que nos sumerjamos en una lectura adictiva que nos introduce en el tortuoso camino del destino hasta llegar al final de la senda. Quizá ese final nos hubiese gustado que no hubiese llegado tan pronto, pero también es cierto que es el desenlace natural de los acontecimientos lo que refuerza aún más si cabe la calidad de esta serie que concluye en un momento álgido, sin necesidad de esperar a que otro tipos de factores determinen el desenlace de la trama, sino que sea ella la que domine la situación hasta el final.
Sin lugar a dudas, obra redonda como pocas, y trabajo cumbre de un guionista que lo tiene muy complicado para repetir algo así a lo largo de su carrera. Si algún día sucede, espero estar aquí para leerlo y comentando, pero mientras eso ocurre, solo me queda agradecer a todos aquellos que me hayan seguido hasta aquí, espero que hayan disfrutado tanto como lo he hecho yo. Hasta pronto y hecheto aloe.