Scalped nº 2: Casino Boogie
Este tomo es aún mejor que el anterior. No me extraña en absoluto que Jason Aaron llamase la atención con esta obra, porque aquí realiza un complejo ejercicio de narrativa que ni es fácil, ni es accesible a muchos guionistas. Además, a pesar de la escena final del volumen es prácticamente un calco del cliffhanger anterior. Vamos, que es la misma escena desde otra perspectiva y con un mayor número de participantes en ella. A pesar de ello, a lo largo de seis números, los autores construyen una historia que nos ayude a entender mejor el lugar en el que se sitúa toda la trama: una reserva india donde unos aspiran al poder y otros a intentar escapar de un lugar absorbente donde la droga y el alcohol destroza la vida a los ciudadanos.
Si en algunas ocasiones se habla de los guionistas capaces de dotar a los personajes de un trasfondo interesante y crear historias fundamentadas en ellos, en esta fase de la colección, Aaron trabaja sobre el escenario en una crítica muy dura hacia el racismo, la corrupción y el odio que parecen arraigarse desde tiempo inmemorial en un sector de los verdaderos nativos americanos. Partiendo de esa base, construye un lugar en el que los luchadores por la conservación de la cultura y las costumbres de los indios quedaron marcados por un hecho criminal para el resto de sus vidas. De ese modo, los errores del pasado de presentan en el presente como viejos fantasmas que no te dejan dormir. Por lo tanto, la reserva india, el desarrollo de su entorno sociopolítco y criminal nos permite ese ambiente necesario para empatizar con los protagonistas, siempre con una personalidad marcada por el odio y el rechazo al lugar y en el fondo a sus raíces pero, a su vez, una fuerza casi sobrenatural les impide renunciar a sus sitio en él. En esta dicotomía entre el amor y el odio se mueven los protagonistas. Una vez comprendido eso, el resto cobra mayor sentido. Es por eso que en estos primeros compases de la colección debamos enfatizar el gran esfuerzo en ponernos en situación, algo que consigue perfectamente el dibujo anguloso de R. M. Guéra, al que poco a poco le voy cogiendo el punto y no concibo la serie sin él.
Pero como decía al principio, lo que más llama la atención en este tomo es la narrativa. A través de varios números veremos escenas que transcurren en momentos diferentes pero que acaban entrelazadas unas con otras, solo que cambiando al protagonista. Como bien indica adamvell, hay una clara mezcolanza de géneros en esta colección, algo que la hace aún más interesante, porque una trama puramente policial como la de Caballo Terco y Motor Diesel, con sorpresa incluida, acompañada de su correspondiente dosis de acción y dinamismo, damos paso al relato que profundiza en la vida de Cuervo Rojo, sus motivaciones con el poder y su lucha contra el hombre blanco en su terreno. La apertura del casino es un hecho importante y sobre él se construyen algunas tramas, enlazando el pasado con el presente de forma magistral. Por otro lado, tenemos a Catcher, que introduce el aspecto más tribal y el toque sobrenatural con su visiones, sobre todo la capacidad de ver el tótem animal de las personas. Este personaje es otro de esos ejemplos del ambiente en le que nos movemos. Por momentos se presenta como alguien sabio e interesante, que al siguiente lo vemos tocando fondo y dejándose llevar por la bebida. Las dos caras de la misma moneda en un pueblo donde al final siempre surge la depravación.
También me gustaría destacar como tenemos dos personajes que se presentan como la antítesis el uno del otro. Por un lado, tenemos a Motor Diesel, un blanco que ha vivido en la reserva y que se ha aferrado a sus raíces indias, pese a que son de un antepasado tan lejano que ni siquiera se refleja en su sangre. Por otro lado, tenemos a Oso Pobre, un chico harto de estar en un pueblo hundido en la miseria y que sueña con salir de allí y empezar una nueva y mejorada vida, lejos de su familia. Una historia realmente cruda y brutal, que nos hace ver cuan desgraciada puede ser la gente de esta comunidad, pero que al final, cuando tienen una vía de escape, no parecen ser capaces de cogerla tan rápidamente como pensaban. El drama humano, siempre muy presente en este inicio de colección.
Y, finalmente, está la historia de Gina, la madre de Caballo Terco, que parece querer enmendar un error del pasado, pero ha tomado la determinación demasiado tarde. No me cabe duda de que su decisión va a ser muy importante en el futuro más cercano, pero profundizar en su pasado nos permite entender muchas cosas, dejando patente que lo difícil que es la vida de aquellos que intentan ir contracorriente, sobre todo si hay en juego intereses económicos o de otra índole en ellos.
Hasta el momento me parece una gran serie, que parece ir en un in crescendo continuo, cuya narrativa comienza a tomar tintes de serie de televisión, acercando aún más si cabe dos medios como son el audiovisual y el cómic para producir una historia que deambula entre diferentes géneros con la crudeza de un realismo descarnado y sin tapujos. Sin duda, un ejemplo perfecto de la clase de obras que albergó la línea Vertigo en sus mejores momentos.