Joder, pues yo siempre he tenido al Profesor por un buenazo.
No menos cierto es que lo único que he leído de los X-Men ha sido el comienzo de la etapa de Claremont, pero planeo poner remedio a esto pronto.
Es un poco el despertar de la bestia. Todos los lectores lo han tenido, porque la mayoría han empezado por esa versión, que es la más canónica (que no la original) y aceptada. Pero luego van saliendo esqueletos del armario.
Claremont dio profundidad al personaje, trasfondo, carisma, y ese halo de padre responsable, bueno y justo, que vela por sus hijos, que sufre con ellos, y que incluso siendo severo tiene cierta generosidad. Pero Claremont no siempre lo mantuvo así de limpio.
Con Lee y Thomas directamente era un sargento que no admitía discusión, y ostentaba esa autoridad de antes, de las de "no tengo por qué explicar nada a unos niños". Luego tenía ese aire paternal severo, pero quedaba todo bastante turbio en su forma de manejarse, dirigirse a sus estudiantes y pensar.
Luego se abrió la veda; Lobdell, Niceza, Waid, Kelly, Seagle... fueron muchos los que ahondaron en ese lado oscuro del Profesor, que parecía cada vez más grande, haciendo de menos cualquier luz pasada. Pero como digo, no hacían sino recuperar el legado de Lee, y las muchas sombras (a cierto epónimo fue de los primeros que Chuck no vaciló en asesinar) que Claremont fue plantando a lo largo de los años.
Los mejores de la clase conocen esta dualidad y juegan con ella ("¡Jean, tráeme mi silla!" "Ese tono de voz funcionará con Hank, pero no conmigo..." ++++++++++ "Hank, por favor, mi silla"), como el calvo con cierto útero y cierta necesidad primaria de Xavier de mi culo primero.
Algo más hay en torno a Magneto (con Moira bajo las órdenes de Xavier, y en el Asteroide M después), a la propia Moira (con Joe), a la madre de Legión, a su propio hijo (al que traumatizó), y con muchos otros Hombres-X a los que ha ido puteando, especialmente a Scott, que rompió relaciones con él muuuuuucho antes de la influencia de Apocalipsis, no digamos ya del Fénix, por medio de Davis o Lobdell. Cisma en la que han seguido ahondando muchos autores posteriores, como Carey o Way, y de la que los personajes nunca se recuperaron (Scott, que era su ojito derecho, aprendió por las malas una y otra vez que su mentor no era de fiar).
En fin.
Personaje, GRAN PERSONAJE, pero complejo y gris donde los haya.
Los que solo ven una parte (sea la buena o la mala) del puzzle, se equivocan sin remedio.