He leído
100% Marvel Kingpin: Todos los hombres del rey.
Recupero el comentario de
fanpiro, que lo resume bastante bien.
El tomo cuenta Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
No me extraña que no continuara, porque temporalmente es un despropósito: Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
A mí me ha parecido una historia entretenida, pero coincido plenamente con la opinión de
fanpiro.
Como historia de serie negra, podría pasar, pero no con el personaje que la protagoniza y el universo en el que lo hace.
Y es que aunque dejemos de lado el despropósito que realiza Bruce Jones en temas de continuidad, la inclusión de Spiderman se la podía haber ahorrado, teniendo en cuenta como utiliza al personaje. Prácticamente es un estorbo que te saca de la lectura, sobre todo en el momento en el que te hayas inmerso en una trama típica de novel negra, El Trepamuros no solo es una especie de invitado especial, sino que no pega absolutamente nada en esta trama, que ni siquiera se puede integrar en el contexto histórico. Haciendo honor a la verdad, el propio prólogo ya nos avisa de este hecho, lo cual me parece bastante significativo, porque Íñigo Prada prácticamente nos quita un poco las ganas de leer la historia, comparándola con las revisiones de otros personajes que se han hecho con motivo de las películas. Y no porque no tengan en cierta forma razón, sino porque uno no se espera ese tipo de desprestigio a una obra que se prologa.
La historia en sí no me parece mala, pero sí es cierto que si cambiamos Kingpin por otro personaje es una lectura más digerible. Y sise hubiese eliminado a Spiderman de la ecuación mucho mejor, claro. Dentro del contexto de un universo de ficción es una serie fallida a todas luces, explotando muy bien el tono noir, pero haciendo que un lector más o menos veterano sea incapaz de reconocer a ciertos personajes. No obstante, también adolece de una conclusión algo precipitada, así como algunos giros que no me terminan de encajar del todo, con personajes que cambian continuamente de bando sin un motivo de peso para ello, siendo simples marionetas de una trama quizá demasiado ambiciosa para un autor de las características de Bruce Jones que, aunque parece entender le género, no termina de dominarlo demasiado bien.
En definitiva, una serie sin pena ni gloria. Una lectura mediocre que resulta extraño que se recupere tras más de 10 años en el cajón de olvido. Quizá lo realmente destacable sea el dibujo de Sean Phillips o las portadas de Esad Ribic, aunque de nuevo está la incomprensible presencia de Spiderman, que supone un reclamo totalmente falso a lo que se puede encontrar en el interior del cómic. Lo que realmente podía haber sido una interesante versión alternativa de Kingpin se presenta como un cúmulo de despropósitos a la continuidad o al momento temporal que pretende representar, dando la sensación que todo debe amoldarse al tema central de la trama, que no es otro que la corrupción política y el poder que ostenta el mundo criminal desde las sombras. Si somos capaces de abstraernos de los errores, sin que nos expulse de la lectura, podremos disfrutar de un relato relativamente digerible de género negro, pero si no es el caso, solo será una lectura de usar y tirar; un tebeo bastante olvidable, diría yo.