Medem me gustaba cuando empezó, desde "Vacas", su ópera prima. Con "La Ardilla Roja" y "Tierra" construyó un micro-universo, entre lo interesante y lo pedante. Las dos últimas, al menos, vistas recientemente otra vez, se resienten bastante del paso del tiempo, han perdido esa frescura de cuando se estrenaron, como casi todo lo que va de rompedor y moderno.