Leídos los primeros dos números de El Inmortal Hulk de Al Ewing y Joe Bennett.
Bien. Muy bien. Realmente pinta muy bien. Sólo el tiempo dirá si estamos ante una de las mejores etapas del Goliat Esmeralda o ante un espejismo más de los muchos que sufrimos los aficionados de este mundillo.
El guión no es demasiado original. Es una road movie con un protagonista desfaciendo entuertos por pueblos perdidos de la América profunda. Muy al estilo de la serie de los 70 en la que parece que Ewing se basa ligeramente. Lo importante es que está bien escrita y mantiene la atención del lector. También tiene cierto aire a las historias de terror de revistas especializadas en el género como Eerie o Creepy.
En cuanto al dibujo de Bennett, al principio parece que no pega demasiado con el tono de terror que quiere darle Ewing a la historia, pero con el paso de las páginas se va acomodando bastante bien y acaba resultando idóneo.