Peter David me parece tan buen guionista... que necesita tener un buen dibujante. Quiero decir, para dibujar las tonterías de Scott Lobdell no hacen faltan grandes talentos, pero sí para narrar las situaciones que a veces plantea David, sobre todo por el carácter cómico de las historias. Por eso, cuando no le han tocado buenos dibujantes, da la impresión de que el cómic va a dos ritmos: un guión inteligente y hábil, y un dibujo tosco y seco. Todd McFarlane fue en su momento una sorpresa, pero que aún estaba en sus inicios y que siempre ha tenido carencias, pues... Así es que cuando llegan Dale Keown y Gary Frank, la cosa mejora un montón. Yo creo que hasta el propio David se dio cuenta de que podía hacer cosas que iban a quedar tan bien dibujadas que se lanzaba a por ello. La boda de Rick y Marlo, por ejemplo, despedida incluida, no es lo mismo dibujada por Frank que si la hubiera hecho Jeff Purves. La pena es que luego le plantaron Liam Sharp y Ángel Medina, coincidiendo con el bajón anímico de David. Fue un periodo muy tristón.
Aprovecho para decir que Julián Clemente propuso en el número 45 (¿o 44?) de Indestructible Hulk la continuación de los libros en Marvel Héroes, bien con la etapa de David o antes que Roger Stern (Muerte y destino). O sea, seguir palante o tirar patrás. El Hulk pre-Stern me interesa poco, la verdad, y el de David lo tengo prácticamente todo. Si debo elegir, me quedo con comenzar la etapa de David.