Ni de coña.
Arkham Asylum es uno de los tebeos menos logrados de Morrison. SI no fuese por McKean (que se sale del mapa, como siempre), no pasaría de ser un buen comic. Y eso, en la bibliografía de Morrison, es poca cosa.
No voy a decir nada de que es el tebeo que lanzó a la fama a su autor, el que según él le sigue dando de comer, y uno de los 3 tebeos de Batman más reeditado de la historia. Eso no tiene nada que ver con la calidad del cómic en sí, pero a nivel de importancia y repercusión, ahí lo dejo.
A mí sí me parece un acierto.
Está claro que hay momentos de menos brillantez, sobre todo por los malditos crossovers (el rollo de R'as Al Ghul y demás), pero el ejercicio de meter en continuidad las idas de olla de la época Sprang y demás es un éxito rotundo. Rotundo.
Desde luego es irregular, en eso estamos todos de acuerdo. Tiene picos bastante pronunciados.
Ahora vamos con el dichoso ejercicio metaliterario que tanto os gusta a algunos
Si yo mañana saco una novela en la que consigo aunar todas las grandes obras de la literatura, estableciendo una conexión entre el protagonista y el Ulysses de Joyce, La Metamorfosis de Kafa, El Quijote de Cervantes, el Crimen y Castigo de Dostoievski y la bibliografía al completo de Marcel Proust, habrá quien diga que yo soy un genio, y que esa novela es la mejor de la historia.
Y puede que yo sea un genio. Al menos me he leído todo eso.
Y puede que sea un genio tan solo por intentarlo.
Y puede que me merezca como mínimo el reconocimiento de haber ideado algo tan cojonudamente enorme.
Pero tendemos a olvidar, y aquí siempre he sido muy conservador, que un escritor es un cuentacuentos. Un escritor vive de las historias, cuenta una historia. Ese es su principal objetivo, no el estilo, no la referencialidad, ni la transcendencia. Ante todo tiene que haber una historia.
Y si la historia sufre tanto como lo hace la del Batman de Morrison en unos puntos, por querer conectar cosas como Batmito o las tres petardas del rock y meterlas en continuidad, a mí eso nunca me va a parecer adecuado.
A todos los niveles mencionados antes, el Batman de Morrison es una auténtica obra maestra.
Al nivel de contador de historias, es simplemente bueno, y a veces, brillante.
Porque para empezar, no es solo una historia tremendamente retorcida, caótica, algo inverosímil, con una multitud inmensa y que no acaba de villanos que no importan a nadie (¿Cuantos nuevos villanos presenta este tío por número a partir de RIP? El TW, Dr. Pig, El Flamenco...y venga bizarradas
) sin dar tiempo siquiera a reconocerlo y adaptarlos a la historia, sino que además, la historia en sí, lo que nos cuenta, es muy, muy poco original.
¿Oberon Sexton y Batman INC? ¿Dónde he visto yo eso antes contado exactamente igual?
Y no eran los únicos detalles que fusila tan alegremente de su etapa en X-Men.
Por lo demás, poco más que añadir.
Sin duda es una de las etapas más ambiciosas y complejas de Batman, editada como el culo aquí en España, pero eso no es culpa suya.
¿Pero una historia magnífica? Dista mucho de eso.
Gótico sí lo es, y le da sopas con honda en ese aspecto.