Pero que conste que no considero que sea el mismo caso ni de lejos.

No me pude resistir, sencillamente.

EDITO: voy a poner el motivo, que es bien sencillo. Básicamente aquí el producto se anuncia desde el principio a un precio y el consumidor decide pagarlo o no. Ni trampa ni cartón.
Ahora, el caso es que un producto cuesta más dinero respecto a uno de características muy similares que salió hace apenas nueve meses, y yo lo pongo aquí para que lo sepáis.