He leído
Fantastic Four: True Story.
Se trata de una miniserie inédita en nuestro país, que se publicó originalmente en 2009. Consta de cuatro números y está escrita por Paul Cornell, acompañado de los dibujos de Horacio Domingues. La historia empieza mostrando a Sue algo depresiva, pero se descubre posteriormente que una extraña fuerza estaba drenando la imaginación y la creatividad colectiva de la humanidad. Para investigar este hecho, Reed y compañía fabrican un vehículo hecho de imaginación, con la ayuda de su cartero habitual, y se adentran en el mundo de la ficción, donde contarán con la excepcional guía de Dante Alighieri, a los que se unirán las hermanas de la novela “Sentido y Sensibilidad”. Poco a poco, se van introduciendo en el reino de la ficción para aliarse con héroes de la literatura como Robin Hood, Ivanhoe, Tarzán y muchos más, en un intento por evitar que sea controlada por nada más y nada menos que
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Así da comienzo una dura pelea por la supervivencia en un entrono de ficción, donde la fuerza de voluntad y la imaginación son el principal arma para obtener la victoria.
La historia es entretenida, sin demasiados alardes, pero el concepto del que parte es mucho más interesante que su desarrollo. Solo de pensar lo que podría haber hecho alguien como Alan Moore, Morrison o Warren Ellis con una idea así se me hace la boca agua. Sin embargo, el guionista no sabe explotar el entorno, ni se beneficia del guiño constante a la literatura que intenta emplear. Tampoco se profundiza en la complejidad que presentan personajes de cómics dentro de un universo al que realmente pertenecen y la ruptura de la cuarta pared que tenemos en varias ocasiones, aunque sea de una manera timorata y superficial. En mi opinión, se queda en lo simple, sin demasiadas alegrías y con una evolución de la trama torpe y confusa en ciertos momentos. Se ve un claro intento de hacer algo más interesante, pero se queda en eso, en un intento. Parece que el autor no daba para más. Una pena, porque incluso la elección de los personajes es bastante interesante, pero todo queda tan diluido, que permanece la sensación de proyecto fallido.
Cabe destacar el papel de Sue en toda la historia, ya que es ella la que se retrata como una lectora empedernida de libros y la gran conocedora del universo de ficción y los posibles errores que se introduce en él. Si no hubiese sido por ella, realmente ninguno se hubiese percatado de lo que estaba sucediendo. A lo largo de la miniserie, iremos viendo como el autor define a cada personaje por sus lecturas, lo que resulta una manera muy peculiar de perfilar a los protagonistas, encajándolos en la imagen icónica que tenemos de ellos.
Gráficamente es otro pequeño desastre, ya que Domingues parece un autor muy limitado y sus ilustraciones no son muy agraciadas, presentando un estilo a caballo entre el manga y el cartoon. A mí no me ha gustado demasiado y aunque no es un lastre para la lectura, tampoco beneficia demasiado a la misma. Esa escena final en la que entran en acción los héroes de la gran pantalla roza el horror, porque es complicado discernir quién es quién. ¡Vaya manera de desperdiciar una buena idea! No me extraña que decidieran no publicarla por aquí.