A mí me resulta un misterio aún mayor lo de Liefeld, McFarlane, Panosian y compañía.
Dibujantes malos en Marvel siempre los había habido, pero no le gustaban a nadie (bueno, a casi nadie), pero lo de éstos era un misterio: eran tan malos como aquéllos, o peores, pero es que además le gustaban tanto a la gente que se convirtieron en estrellas rutilantes.
Lo dicho: para mí, un puto misterio.
Eran muy malos, pero muy espectaculares, Ignacio. Y toda la chavalería quedamos deslumbrados en su momento antes estos estilos llenos de rayitas, músculos y colorines por todas partes.
Cuando eres chaval, lo de las proporciones, figura, narrativa... te da igual que te da lo mismo, estás a otras cosas.
Y a pesar de todo, los años dorados de esta gente no fueron tantos. Cuanto peor eras menos te duraba la estrella.
A Panosian o Pacella ni se les conoce ya, de Roger Cruz puedes tener algún recuerdo difuso, Liefeld se apagó como una vela en cuatro o cinco años, McFarlane duró más porque su Spawn, pese a todo, era un trabajo profesional, puntual y bien llevado, y el bueno de Todd no era tonto y fue muchísimo más serio con su proyecto que sus compañeros de quinta.
Y Jim Lee está todavía por ahí porque era el mejor de todos y había algo detrás de todo ese humo.