Barrabás tal vez yo vea y entienda la serie de otra forma. Por lo que leo, tú estás buscando una estructura, una intención. Es lógico, todos cuando nos sentamos a disfrutar de un producto audiovisual tenemos unas expectativas. En este caso, con mucha más razón porque a él le bastantan unos pocos minutos para triplicarlas
Black Mirror, al igual que Dead Set están hechas con una intención. Algo que ya de entrada tengo que agradecer a Brooker. Como bien comentaba Essex, bebe mucho de gente como Orwell, Huxley, y en ciertos episodios de Asimov. Estos tres junto a Poe, son los tipos que me hicieron amar la lectura. Es más, yo diría que 1984 fue el libro que me hizo dar el paso a convertirme en lector por devoción y no por obligación. Y creo que, incluso esto es algo provocado. Las dobles lecturas que les puedes sacar a este tipo de obras son lo que las hacen geniales.
Yo cuando vi el primer episodio de Black Mirror, tras el impacto inicial comencé a darle vueltas, y como decís, elementos como el cerdo a priori hacen que te eches para atrás. Pero luego me quedaba pensando, y me planteaba incluso cómo puede ser que me fije en si es un cerdo, una vaca, o un cojín con un agujero. El darle mil y una vueltas creo que forma parte del encanto.
Otro aciertazo que igual pasamos por alto es el adecuarse. En primer lugar al medio, hacer crítica televisiva en la tele, sin hacer una serie al uso, es rebuscado pero perfecto. Para continuar, al espectador. No le trata como a un tonto, pero le forma en sus defectos. Es capaz de hacer que te adaptes a una realidad cercana o no, casi al empezar los episodios. Verdad que algunas ocasiones peca de efectista, y quizá las ganas de contar el final le puedan, pero forma parte del encanto. Tú mismo lo has dicho, le quitarías 15 minutos, él tan solo adelanta el final para que lo disfrutes, lo que podemos pensar que es el "the end" no es obligatoriamente el final de la función. ¿Acaba el primer episodio con el descubrimiento del secuestrador? No lo creo. Acaba antes, un poco antes.
Así es como lo veo yo, y por eso la disfruto tanto. Cada capítulo es una llamada de atención a la sociedad en ciertos aspectos, y algunos como el segundo episodio de la primera, suponen cierto agobio que no es fácil transmitir viéndolo desde tu cuarto con una pantalla que no supera el metro como las del cine.