En mi casa, tras los visionados de las temporadas 3-4 de Mad Men y la última de Homeland, y revisando el disco duro, mi señora sugirió ver una serie de hace ya unos años pero que teniamos en el saco de pendientes:
Los Tudor. Hoy mismo hemos terminado la primera temporada y empezado la segunda.
Ufffffff... no sé por donde empezar la verdad, pero lo intento: Basicamente, se usa de excusa la vida privada de Enrique VIII para darnos una serie de carne gratis disfrazada de intriga palaciega, la cual resulta bastante de chichinabo (nunca mejor dicho), aderezado todo ello con un empalague no apto para diabéticos. Pero lo grande de esta serie reside principalmente en sus argumentos sin sentido, así como en sus licencias históricas más propias de la ciencia ficción. A saber:
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Y así podriamos seguir. De verdad, anda que se lucieron los asesores. Puedo pasar por alto el hecho de que los acontecimientos históricos se sucedan de forma más rápida para así dar fluidez a la narración, como tambien pasa en Roma, pero lo otro ya es que me es imposible. Si nosotros nos depollamos con el asunto, no quiero ni imaginarme lo bien que se lo debe pasar un historiador experto en la época de los Tudor. Cubo de palomitas infinitas, que menos
Por todo esto, la serie merece la pena, en serio, y estamos ahora entusiasmados con esta segunda temporada... Eso sí, estamos hablando de una serie que ha recibido premios y reconocimiento internacional y adolece de todos esos defectos que siempre sacamos a relucir si se tratase de una serie española, pero estas sin embargo, ni reconocimiento ni leches.
Y es que siempre lo digo: Los españoles no sabemos vendernos