Vistos los seis primeros episodios de
Sons of Anarchy:
La verdad es que de momento nos está gustando mucho, básicamente porque la serie huye un poco de esa imagen idealizada en torno a la cultura popular americana en torno a las Harley Davidson. Aquí lo que vemos es esa parte más sórdida de lo que realmente significa una banda de motoristas fuera de la ley.
Lo gracioso de todo es que los Sons of Anarchy son la gente más querida del pueblo californiano imaginario de Charming. Todos les conocen, todos les respetan (o les temen?), y si hay un problema local, la peña no duda en acudir a ellos antes que a la poli, que te lo resuelven... Sustituye esto por clásica mafia de andar por casa tan vista en series y películas y no habrá ninguna diferencia porque eso es lo que realmente son los Sons: Mafiosos aficionados a la Harley, el cuero, la cerveza, el whisky, el tabaco y las mujeres, y como tales, no se andan con chiquitas a la hora de ensuciarse las manos por más que luego entre ellos tengan sus propios códigos de honor y respeto.
Lo dicho: Cojonuda, y con ganas de más, que encima se ve patente como el protagonista no está muy conforme con los métodos de su presidente. Quizás ahí sea solo donde resida esa imagen romántica que asociamos a este mundillo, aunque sea de pasada.
Por cierto, papelones los de Ron Perlman y Katey Sagal, sobre todo esta última. Con madres así...
P.D: A ver si encuentro la camiseta por alguna tienda