He leído
Coleccionable Ultimate Nº 48: Ultimate Spiderman nº 22: Asombrosos amigos.
Ya es oficial, echo de menos a Bagley. Pero mucho. El estilo de Immonen no me gusta para el tono alegre de esta serie, sobre todo teniendo en cuenta que Peter adquiere más protagonismo que Spiderman y la forma de representar la vida civil del personaje no me convence. ¿Por qué te has ido Bagley?
En lo que a las historias se refiere, Bendis es más Bendis que nunca, aunque hay que decir que ese estilo proclive a los largos diálogos entra en consonancia con lo que uno espera de una serie protagonizada por Spiderman. Además, no deja de lado en ningún momento el desarrollo de los personajes. De esa forma, en la primera historia que da título al tomo, tenemos a un grupos de amigos que van juntos al instituto interrelacionándose. Chicas y chicos que salen con uno y con otros; amigos que se ayudan en los trabajos de clase; pero sobre todo, adolescentes que comparten una vida llena de emociones y peligros debido a los poderes de algunos. En este escenario, no cuesta nada ver un caldo de cultivo perfecto para que el de Cleveland de vida a uno de sus sueños más húmedos: homenajear a la serie de televisión de Spiderman y sus asombroso amigos. Quizá es la primera vez en la que la nostalgia de este escritor coincide con la mía. Y la verdad, es que su versión definitiva de ese trío se presenta de una forma totalmente inesperada. Más aún cuando sirve para revelar un secreto oculto de unos de los secundarios de la serie. Cuando parece que todo está inventado, en esta serie el autor demuestra que no es así. Y es que el Universo Ultimate combina muy bien los elementos conocidos con otros de nuevo cuño que van en una dirección totalmente opuesta a la esperada. Todo un acierto, ya lo creo.
A pesar de todo, me parece ver a la serie en un rumbo algo errático. Es cierto que la parte civil de Spiderman es ahora lo realmente importante, pero nos estamos alejando demasiado del aspecto superheroico. Está bien que los personajes estén bien definidos y que no todo sea balancearse por la Gran Manzana, pero esto es una colección del género de las mallas y esa parte de la serie se está descuidando un poco. Tras la historia de los asombrosos amigos tenemos un par de números autoconclusivos, en los que se sigue haciendo hincapié en el culebrón en el que se ha convertido la vida de Peter Parker, llena de vicisitudes con situaciones de lo más inverosímiles como ser secuestrado por el Conmocionador. O como tener un día pésimo en la oficina del Bugle, gracias a la visita inesperada de Rojo Omega. Situaciones que no dejan de ser un relleno para el desarrollo de la nueva faceta de Kitty en su vida, para dejar patente que la suerte Parker le ha deparado estar ante una chica tan estupenda como MJ. Sí, sí, la suerte Parker...
Finalmente tenemos el tercer anual de la serie. Si con Immonen echo de menos a Bagley, con David Lafuente directamente lloro por su marcha. El dibujante español no lo hace mal, pero es que es un estilo tan diametralmente opuesto que me cuesta asimilarlo y, sobre todo, digerirlo. Lo peor es que esto es solo un aperitivo de lo que está a punto de pasar en la colección (snif..)
Sin embargo, en el aspecto argumental la cosa cambia. Aquí sí tenemos ese equilibrio entre vida civil y superheroica, ya que asistimos a la presentación de Mysterio. Esto viene unido a un papel colaborativo con la policía de la ciudad y, lo que parece ser, el nacimiento de una nueva relación de lo más interesante. Pero en realidad, da igual que el conocido villano de la pecera tenga un aspecto más siniestro y misterioso, incluso que sus fechorías consigan sus frutos. No, nada de eso es lo suficientemente importante cuando Peter tiene entre manos tener relaciones sexuales con el primer amor de su vida. A lo largo de toda la colección, la relación entre Peter y MJ han sido el motor que impulsaba a la serie, por lo que, llegados a este momento, no me parece nada mal el atrevimiento del autor con estos temas. Quizá los jóvenes pecan de ser demasiado decoroso en estos tiempos que corren, aunque, una vez más, Bendis consigue transmitir mucha ternura con la relación de ambos jóvenes. Sin duda, el retrato adolescente, más o menos actualizado, ha sido todo un éxito. Bendis: prueba superada.