Immonen fue, probablemente, el mejor de los chorrocientos clones de Adam Hughes que surgieron en los 90 (hubo un momento en que dibujante nuevo que aparecía tenía que imitar a Jim Lee, a Rob Liefeld, a Arthur Adams o al propio Hughes), sin por ello ser nada del otro mundo.
Cuando le apetece currar ea un dibujante apañado, incluso buenecillo. Cuando no, es un espanto.
Por cierto, nada que ver con Alan Davis, el inglés es un dibujante infinítamente mejor.