Respecto a lo que comentáis sobre la incoherencia del odio a los mutantes en el universo Marvel, recuerdo que Julián lo explica en su libro, cuando hace referencia a que Cockrum no lo entendía, no veía la diferencia entre un mutante y Spiderman. La explicación, la idea de Claremont, es básicamente lo que ya ha indicado
Eleder. El mutante nace, no se hace. Sus poderes no son fruto de un accidente en un laboratorio, la explosión de una bomba o la picadura de una araña. El mutante nace con sus poderes. Y mutante puede serlo tu propio hijo. Claremont lo llevó a sus últimas consecuencias en Dios ama, el hombre mata. Stryker reconoce haber matado a su mujer y su hijo. El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. El mutante es creación del Diablo. Es racismo puro y duro. En consecuencia, completamente irracional.
Otra cosa diferente es que
Artemis tiene toda la razón del mundo al preguntar: ¿cómo distingues a un mutante cualquiera de un Spiderman?
Pero, independientemente de eso, a mí sí me parece coherente, argumentalmente hablando, el odio al mutante. Y me atrevería a girar la tortilla: el problema no reside en la incoherencia del odio al mutante sino en la incoherencia de que superhéroes que no son mutantes no sean tomados por tales y sean igualmente temidos y odiados por la sociedad que han jurado prometer. A no ser que esos superhéroes demuestren, sin ningún género de dudas, que sus poderes no son de origen mutante
. Ahí entraría Mark Millar
.
Otra cosa es que haya habido mutantes en Los Vengadores, un grupo aceptado, por regla general, por la sociedad. Pero también recuerdo diálogos de la Bruja Escarlata y Mercurio, escritos por Thomas y Englehart, en la que los hermanos hacen galan de ser mutantes y destilan cierto racismo hacia los humanos.
Un saludo,
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