Día 114: Conan the Barbarian (Conan el Bárbaro), de Roy Thomas y Barry Smith (1970-1973)
Pato, espero que me disculpes por no haberme fijado hasta ahora, pero aunque sea con retraso, no puedo dejar pasar una ocasión que no sé si se volverá a repetir.
Calidad e Importancia: 9,5 Una obra maestra desde cualquier punto de vista que se quiera mirar. Otra cosa distinta son las filias o fobias que se puedan tener al género o a los propios autores que se encargaron del tebeo, pero de eso no tiene la culpa el tebeo en sí, sino los ojos o el gusto del que lo lee.
Ya en su época, cuando estos premios aún significaban algo, Conan the Barbarian fue nominado todos los años entre 1970 y 1973 como Mejor Comic-Book por la Academy of Books Arts, ganándolo en el 72, año en que también se llevó el galardón a Mejor Escritor el propio Roy Thomas, y habiendo obtenido ya el año anterior Barry Smith el premio al Mejor Nuevo Talento de ese año.
Es cierto sin embargo que las ventas al principio no acompañaron. Pero sólo al principio. Aunque el primer número vendió muy bien a causa de la expectación que había levantado, luego fueron descendiendo paulatinamente hasta el séptimo número, obligando a pasar la serie a bimestral y decidiendo Stan Lee su cancelación. Afortunadamente, un apasionado alegato de Roy Thomas hizo cambiar a Lee de opinión y logró que saliera el octavo número que curiosamente vendió mucho mejor que el anterior, y así sucesivamente hasta que en apenas cuatro meses volvió a recuperar la cadencia mensual y a situarse ininterrumpidamente a partir de entonces como uno de los tebeos mejor vendidos de la editorial durante toda aquella década, siendo incluso Conan el segundo personaje de la Marvel en tener dos series diferentes en el mercado, Conan el Bárbaro y la Espada Salvaje de Conan, lo que espero que os proporcione una idea del fenómeno que supuso Conan y lo que fue capaz de vender en aquella época.
Sin entrar en personajes memorables que se presentaron en esta época inicial, en este periodo hay auténticas obras maestras como Alas Diabólicas sobre Shadizar (original de Thomas y Smith que hubiera firmado el propio Howard), los Guardianes de la Cripta (con aquel mensaje oculto de Smith en una de las páginas de la cámara del tesoro: Debo de estar loco para sentarme aquí a dibujar todas estas monedas), Cuidado con la Ira de Anu (el famoso episodio de la muerte de Burgun que por petición popular y ante la falta de existencias tuvo que ser reeditado como primer Anual de la Espada Salvaje), Villanos en la Casa (un comic-book con 34 páginas de historia que ni Thomas ni Smith quisieron dividir en dos), la reedición de la Hija del Gigante Helado (obra maestra ya sea a color o a b/n), la magistral adaptación de los Dioses de Bal-Sagoth (que llevó a cabo Gil Kane cuando Barry Smith anunció su abandono de los comics, aunque afortunadamente se lo volvió a pensar y regresó dos meses después) o la magnífica y lírica epopeya conocida como la Guerra del Tarim, de cuya finalización se encargaría John Buscema ante el definitivo abandono de Smith.
Sobre la Guerra del Tarim sí quiero significar que es precisamente una de mis historias preferidas de Marvel y que a punto estuve de proponer esta viñeta en el hilo correspondiente.
Con clara inspiración en la Troya de la Iliada, y con Conan cambiando de bando en medio del enfrentamiento a fin de poder contemplar el asedio a Makkalet desde los dos puntos de vista de los enemigos enfrentados, la Guerra del Tarim fue la otra gran “guerra” contada por Thomas en esta época. La otra, no hace falta comentarlo, fue la propia Guerra Kree-Skrull. Y respetando todas las opiniones, la Guerra del Tarim para mí fue mucho mejor que la gran guerra interestelar de los dos grandes imperios galácticos, entre otras cosas porque Barry Smith y John Buscema nada tenían que envidiar a Neal Adams y al propio Buscema, y porque me pareció verdaderamente apasionante que Thomas situase finalmente a Conan en el bando perdedor a fin de darle mayor épica a la caída y destrucción de Makkalet. Por no hablar de magníficos clásicos como la Canción de Red Sonja, el Negro Sabueso de la Venganza o la misma adaptación de la Sombra del Buitre en el que la Sonya la Roja que se enfrentaba a los turcos en el asedio de Viena se transformó en la Red Sonja de la Edad Hyboria. O por no hablar tampoco de momentos verdaderamente geniales como la revelación de la verdad sobre el Sagrado Tarím que los sacerdotes ocultaban al pueblo, el polvo que Conan pretendía echarle a Sonja en el estanque y que las imposiciones del Comics Code se encargaron de disimular, la propia aparición de Karam-Akkad y sus espejos desde las páginas de Weird Tales y de Kull, aquel inolvidable momento de la indigna muerte de Fafnir y la enloquecida reacción de Conan que a poco estuvo en rebajar la estatura de Yezdigerd en una cabeza, o ya en el apartado artístico, el espectacular uso de las páginas de Interludio que pergeñaron entre Thomas y Smith a base de dibujos separados por amplios espacios vacíos en los que Thomas se dedicó a utilizar simple prosa para describir las escenas, creando un efecto visual y narrativo digno de ser destacado.
Vamos, que con lo de 9,5 creo que me he quedado bastante corto. Por mucho que Marvel perdiese los derechos sobre el personaje y hoy no os llame mucho la atención, mi más sincera recomendación de la detenida lectura de toda la etapa de Roy Thomas (no sólo de esta etapa inicial) para todos aquellos que no la conozcan. Un tebeo épico, emocionante, entretenido y con momentos artísticos y literarios dignos de las estanterías más elitistas que puedan existir en este foro.