He leído 100% Marvel Thanos: Infinito.
Aunque en su momento la han vendido como el prólogo no oficial de Infinito, no es ni mucho menos algo similar. De hecho diría que ni siquiera se le acerca. Bajo el título original de Thanos: Rising, tenemos una miniserie de cinco números escrita por Jason Aaron y dibujada por Simone Bianchi. En ella tenemos un repaso al origen del personaje desde su nacimiento hasta convertirse en el terror del Universo que es hoy en día.
Aaron consigue un relato molón en el que podemos intercambiar a Thanos por cualquier asesino en serie que nos venga a la cabeza. El autor domina bien la temática macabra y sangrienta, dejándonos una obra que bien pudiera ser un concienzudo análisis psicológico de un psicokiller cósmico. El gran problema, pese a lo que se diga en el prólogo, es que contradice algunos aspectos que estableciera el propio Starlin y que han acompañado al Titán Loco a lo largo de su trayectoria en el Universo Marvel. Además, ese giro a lo sexto sentido, que se estaba viendo venir desde lejos, no tiene validez en un universo de ficción como el de la Casa de las Ideas. Yo creo que el autor se ha confundido de género.
Pese a todo esto, la historia está muy entretenida. Es una lectura amena y tiene sus puntos de interés. Pero este no es Thanos, aunque se parezca y actúe como él en alguna ocasión. Si Starlin abría su mente con LSD, Aaron ha pillado grifa caducada, porque nadie que conozca al personaje minimamente reconocerá este origen como canónico. Nunca entenderé a que vienen este tipo de revisionados con modificaciones al gusto del autor. Desde luego, esto es para leerlo con una mente abierta y abstraerse de lo que hizo Starlin.
En la parte gráfica tenemos los diferentes estados de Bianchi: el aceptable, el mediocre y el malo. Me he dado cuenta que, en cualquiera de sus tres aspectos, este autor no me gusta nada. Además, tiene un trazo indescifrable en la mayoría de las viñetas que me parece bastante feo, estéticamente hablando. Creo que donde mejor está es en el primer número de la miniserie y no es que sea una maravilla precisamente.
En definitiva, un tomo entretenido, una lectura fantástica para abstraerte, pero que es mejor pensar que es de un tierra alternativa o de una mala resaca del autor, porque lo que es el Thanos de Starlin, a mí no me ha parecido verlo aquí. A pesar de que este personaje no es una creación precisamente simple; es un personaje muy complejo. Sin embargo, no se parece al que yo conozco. Y este tipo de “profanaciones” sacadas de la manga no me acaban de convencer. Que bien hice en no gastarme el dinero en el tomo. Aunque podía haberlo leído antes. ¡Malditas sinergias y su títulos combinados!