También es fruto de la forma de actuar de Alan Moore. Entiendo que no buscaba específicamente no ser conocido, pero sí que ha rechazado poder serlo con oportunidades fáciles. O sea, ha sido decisión suya quitar su nombre de los créditos de tal o cual obra, por ejemplo.
Y a algunos no nos extraña su actitud, por "talibán" que pueda parecer a muchos, ya que los "problemas" de Moore con editoriales (y Hollywood) han sido siempre en relación a lo que él entiende que debe ser el respeto o reconocimiento
MORAL que se debe atribuir al creador de una obra, es decir, digan lo que digan los contratos. Algo esencial en un pacto "entre caballeros", como dice el barbas que le gusta acordar las cosas. Por eso, cuando Moore se ha puesto tonto con el tema de que lo saquen de los créditos, no ha sido porque le haya dado por ahí y porque odie a todo el mundo, sino que ha sido para denunciar desacuerdos acerca del trato recibido por los editores/productores o por una cuestión de simple respeto a sus propios principios personales como escritor y CREADOR en relación a su obra. Y a poco que uno se interesa por el tema, se da cuenta de que el barbas tiene motivos de sobra para semejante actitud, pese a quien pese y caiga quien caiga, porque como se apunta en ese artículo de antes, por ejemplo, el panorama que algunos apuntan para que los autores vean moralmente reconocido su crédito como creadores es el de siempre, cada vez más negro negrísimo
Por otro lado, cuando el barbas ha decidido aparecer con seudónimo en una obra suya, parece haber sido por razones más personales y menos reivindicativas, es decir, distintas a la exigencia general de que le aparten totalmente de una de sus obras al reeditarla o adaptarla a otro medio. Sus seudónimos como autor de cómics (Curt Vile para Roscoe Moscow en Sounds y Jill de Ray para Maxwell en el Northampton Post) los empleaba fundamentalmente para evitar consecuencias legales y ocultarse como "criminal" dado que por esas fechas aún vivía del paro y se suponía que no debía estar trabajando mientras lo hacía. Poco tiempo después de conseguir el trabajo en el Post con Maxwell, abandonó esa costumbre de usar seudónimos como autor de comics dado que ya ganaba lo suficiente para mantener a su familia y perdió el miedo a que lo multaran los de la seguridad social británica