Whedon es DIOS.
Punto.
Morrison llegó a los mutantes y les dió un nuevo airea que realmente necesitaban, Whedon les ha dado el empujón que llevaban pidiendo desde hacía más de una decada.
Junto con el dibujante, dicen lo que tienen que decir, muestran lo que deben mostrar y no hay más. Tenemos a un Logan con frases PERFECTAMENTE CARACTERIZADAS, a una Kitty que jamás había tenido tanto carisma ( con o sin Claremont) y un Ciclope, una Emma Frost y un Hank McCoy tan interesantes como los de Morrison.
Y ahora mismo, si comparamos otros títulos mutantes, tenemos que:
- Peter Milligan ha sido un pufo en los X-Men ( molaba en X-Tatix, pero aquí no).
- Todavía hay tufillo de Austen revoloteando por ahí.
- Y por último, un Claremont que ya aburre a los muertos ... Con su número 1 de X-Men The End y con su primer Excalibur, tuve lecturas muy gratas que me hicieron pensar en el retorno del mejor Claremont, pero ha acabado volviendo a las cajetillas de texto inútiles, a los díalogos eternos ( y yo me quejaba de Bendis ...) y a tapar todos los dibujos página por página para demostrar que sabe explicarnos siete veces la misma historía perdiendo la gracia en todas.
Hay que buscar nuevas expectativas, nuevos guionistas que tengan ganas de contar nuevas cosas y que se olviden de Claremont ya de una vez, portazo y un " gracias" o un número especial tomo tochaco de tropocientas páginas donde pueda despedirse a su forma, y ya está.