AniquilaciónMarvel decidió que igual que Civil War iba a significar una especie de punto de inflexión en los personajes de la Tierra, con momentos que definirían el curso de acción de la Casa de las Ideas a partir de ese momento, había llegado la hora de hacerlo propio con otros personajes, que desde hacía algún tiempo se habían quedado algo estancados: los denominados personajes cósmicos, que regresaron por todo lo alto en el evento Aniquilación, y que supuso el principio de un camino que nos devuelto a personajes que no tenían que haber desaparecido de la primera plana de la editorial, como Nova o Los Guardianes de la Galaxia, por citar sólo dos ejemplos, y que además ha servido para crear una especie de sub-universo, con sus propios eventos, como Aniquilación:Conquista, Guerra de Reyes o la futura Thanos: Ignition. Aunque eso no los ha alejado de los sucesos de la Tierra, como bien sabemos los que hemos seguido estas series desde su regreso.
En cuanto a la parte argumental en sí misma, tenemos una serie de miniseries (valga la redundancia), que sirivieron de prólogo a la serie principal. En España la edición, para mi gusto, fue casi perfecta: cuatro tomos con todas esas limited en orden cronológico, perfecto para seguir la saga de principio a fin sin tie-ins y sin cruces. Ha sido algo que se ha mantenido hasta ahora, y que permite disfrutar de estas historias sin necesidad de comprar cientos de comics, algunos de los cuales serán intrascendentes
La primera miniserie, la de Nova, fue la que más me gustó. Dan Abnett y Andy Lannning comenzaron a demostrar lo que les ha llevado a convertirse en la actualidad en los verdaderos artífices del lado cósmico de Marvel. Si bien es cierto que la base del argumento es igual al que se desarrolló en su día en la editorial DC con la serie Green Lantern (con Kyle Rayner como único miembro del cuerpo poilicial del universo), los guionistas incluyen un elemento mucho más humano a la historia (algo, por otra parte, típico de Marvel): Richard es un sólo ser humano, que acaba de ver como su "familia", por decirlo de algún modo, era aniquilada por completo, y además tiene que soportar la carga de llevar consigo a lo único que se ha salvado del cuerpo Nova, además de él mismo: la Mundomente Xandariana, que intentará apoyar (y obstaculizar, por momentos), al único Nova, que tiene por delante la difícil tarea de defender al Universo de la Oleada de la Aniquilación, que no se ha conformado sólo con acabar con el Cuerpo, sino que quiere también destruir todo el universo. Este es sin duda un punto clave, ya no sólo de Aniquilación, sino del Universo Marvel de los últimos años, y que ha llevado a Nova a ser uno de los héroes más reconocidos de la actualidad.
La segunda miniserie, la de Estela Plateada, también me gustó bastante. Keith Giffen, el arquitecto de todo el proyecto, se encargó personalmente de la participación de Norrin Radd en Aniquilación, con una historia que personajes como Thanos y Terrax tenían un papel destacado, así como otros heraldos de Galactus. Pero es Estela el gran protagonista de la limited, en la que se reencuentra con su señor, aún con reticencias, para defender juntos el universo y su propia supervivencia. El final deja a Norrin en una situación, en una regresión al pasado, lógica, porque com en la ralidad, la historia se repite, y en este lugar que es el UM no iba a ser distinto.
La historia que menos me gustó, con creces, fue la del Super-Skrull. Ya no sólo por el dibujo de Greg Tidus, también por el guión, flojísimo guión de Javier Grillo-Marxuach, para mi gusto (lo siento Ibaita

).Menos mal que luego lo arregló en Aniquilación: Conquista con el Fantasma. Bueno, en definitiva: una miniserie muy mala, cuatro números que se podían haber resumido en dos, Quizás lo que me dejó un mejor sabor de boca fue ver la parte humana del skrull, con su historia del pasado y sus sentimientos del prsente. Eso sí estaba logrado. El resto, prácticamente intrascendente.
La última historia, antes del evento principal, era la de Ronan el Acusador. Un personaje curioso, cuanto menos, y que aquí es desarrollado, en la medida de lo posible, muy bien, por Simon Furman y Jorge Lucas. Genial la aparición de Gamora, en unos números en los que ya se podía preveer el futuro que le esperaba al kree, un futuro que le ha llevado a ser un personaje clave en la actual Guerra de Reyes.
Y al fin llegamos a lo importate: Kieron Gillen une todos los argumentos anteriores (y de la miniserie Drax y del Prólogo), para contar la mayor epopeya cósmica de Marvel desde la marcha de Jim Starlin de la editorial. Lejos quedaban La Cruzada del Infinito y El Guantelete del Infinito, en las que los héroes de esta parte del Universo se convertían en los protagonistas, y en la que los secundarios eran los héroes clásicos. Historias en las que se demostraba que un personaje como Thanos era algo más que la encarnación de la muerte. En Aniquilación, pese a no contar con autores del mismo nivel (Andrea di Vito lo hace bien, pero no es Starlin, Lim o Perez) se evocan todos esos sentimientos, y se recoge el espíritu de unas hitorias bien construidas. Es cierto que para llegar al punto en el que estamos se han "olvidado" de muchas cosas (echad un vistazo al hilo cósmico para ver la lista de Hellpop), pero se perdona, si son historias como esta:
No se ni por donde empezar a comentar... ¿por ese Nova cuyo corazón se ha ensombrecido por la venganza? ¿por Galactus, que sufre lo indecible, y es semiderrotado, en una de esas contadas veces en las que otro ser ha logrado doblegar al Devorador de Mundos? ¿por Drax (que personaje más bien recuperado) y Phylla Vell, que no la recuperamos, que la descubrimos aquí, y se ha convertido ya en una habitual de lo cósmico, recogiendo el legado de un HÉROE con mayúsculas como Quasar? ¿o con ese villano, Anhilinus, y con el propio Thanos, dos amenzas de altura, y que parecen invencibles? ¿o con Blastaar? ¿o con Dragón Lunar, la base del argumento de Drax,y que también sufre lo suyo?
Yo me quedo con todo. Con todo, con una saga espectacular, de la primera a la última imagen (y que última imagen!!! ). Porque lo cósmico, años después, volvía por sus fueros. Y lo hacía para quedarse.