¿Que opináis? 
Pues pienso que estoy de acuerdo contigo. Como has dicho, no era nada fácil salir airoso de una empresa semejante. Las expectativas levantadas, no ya sólo a lo largo de los años sobre el origen del personaje, sino incluso cuando se publicitó el tebeo y su contenido, eran de tal envergadura, que lo más fácil era que la gente saliese decepcionada sea lo que fuere que se hubiese contado.
Y sin embargo, la aceptación fue buena o muy buena, sobre todo, como ha dicho Adamvell, porque no recurrió a lo fácil, sino que incluso se retrocedió el reloj hasta una época que nunca se había visto hasta entonces y hasta un entorno en el que perfectamente hubiera podido aparecer Jack London por cualquier bosque del Yukón.
Y no tengo mucho tiempo, pero ya que estamos con Lobezno, me gustaría hacer una mención al “otro” origen de Lobezno como personaje, es decir, no tanto al Lobezno creado por Len Wein y John Romita que se acabó reclutando para formar parte del nuevo título de la Patrulla X, sino al que posteriormente se trabajaría Claremont hasta convertirle en una leyenda de los X-Men.
Lobezno tiene tantos paralelismos con Conan, que a veces pienso que lo que hizo Claremont fue convertir al bárbaro en un mutante indestructible e incorporar ese tipo de personaje a su grupo. Se podría hablar del carácter arisco y poco social de aquel Logan que se relacionaba con sus sociables compañeros de Westchester con el del salvaje bárbaro que se relacionaba con los personajes civilizados del mundo hyborio, o incluso de destripar a sus enemigos con cortantes garras o afiladas espadas, pero dónde creo que más se le vieron las intenciones a Claremont, fue cuando decidió crucificar a Lobezno en el desierto australiano, en un destino paralelo al que había sufrido Conan cuando fue crucificado en el desierto de Khauran.
Y ya digo, es una lástima que no tenga mucho tiempo para enrollarme con todos estos paralelismos, pero aunque sea de refilón, fijaros en estos dos detalles: cuando Claremont se ve obligado a dedicarle una serie a Lobezno ante la popularidad del personaje y las presiones de la editorial, ¿a qué dibujante se procura para dar inicio a la serie? John Buscema, que no hace falta decir cuál había sido su personaje fetiche durante años dentro de la editorial.
Otra: cuando Barry Smith decide regresar a Marvel, acepta hacer un par de números, curiosamente los dos para UXM. Y, a pachas con Claremont, uno de ellos se lo dedica por entero al personaje que más le gusta del grupo y al que excepcionalmente volvería años después para contar el serial de Arma X en el MCP. Vale. Pues ahora fijaros también en cuál fue el personaje fetiche de Barry Smith en Marvel y con el que dio el salto a la fama: Conan el Bárbaro.
Es más, sino fuera porque conozco la socarronería de Claremont, yo diría que fue pura casualidad el que Silvestri fuese el encargado de dibujar la famosa crucifixión de Lobezno en Australia, porque si me pongo a elucubrar y me da por pensar en cuál fue la serie con la que Silvestri se bautizó con Marvel, la que me sale es Conan Rey.
Ya digo, una lástima el montón de cosas que ahora mismo tengo encima, pero creo que más o menos he sabido explicar unos cuantos (y no todos) de los sorprendentes paralelismos entre el canadiense y el cimmerio.
“Gente del norte”, como diría Claremont.
