Voy a intentar acabar hoy, así que al grano:
4º.-
La etapa de Bendis y Maleev. Lo primero que se me viene a la cabeza, es preguntarme por qué se suele hacer referencia a esta etapa como "la etapa de Bendis", ignorando un poco la presencia de Maleev. El rollo éste, más o menos generalizado, de llamar así a esta etapa supongo que hay que entenderlo en el contexto de la moda que actualmente vivimos de los "hot-writers", donde los superguionistas son los reyes del mambo, de una manera que en cierto modo me recuerda bastante a lo que sucedía en los años noventa con los "hot-artists", que tan de moda estaban también en aquel entonces.
Es cierto que no todo el mundo "ignora" la existencia de Alex Maleev, por supuesto, pero sí me da un poco la impresión de que su trabajo está minusvalorado en favor del de Bendis. O será tal vez que el nombre de Bendis vende más, yo qué sé. En cualquier caso, al comentar lo que a mí más me ha gustado de esta etapa, espero saber hacer hincapié en el trabajo de Maleev, aunque lo haga reconociendo los méritos de Bendis, que también los ha tenido.
La primera impresión que tengo es que Maleev le dio a la serie un estilo muy personal y reconocible que ha sobrevivido en ella hasta hoy, más de siete años después de cuando él empezó. En este sentido, no deja de asombrarme el tiempo que permaneció como dibujante oficial de la serie, porque no es frecuente en los tiempos que corren ver durante cinco años seguidos a un dibujante en el mismo título. Por decir una chorrada, es posible que el no ser americano sino búlgaro haya tenido algo que ver en este fenómeno paranormal.
El caso es que Maleev con una estancia tan larga le dio un sello a Daredevil, para mí más profundo que el que le ha dado Bendis. De hecho, creo que todo el tono de serie negra que se asocia al Daredevil de Bendis es más obra de Maleev que de Bendis, quien, eso sí, no me parece ningún gilipollas y sabía perfectamente lo que quería cuando le pidió a Quesada que contratase a Maleev, puesto que tras haber trabajado juntos en Sam&Twitch, era consciente de lo que el búlgaro podía aportarle a la serie y a sus guiones.
Admirador declarado de los pintores holandeses del XVI y XVII, el estilo realista y de serie negra de Maleev, photoshop aparte, a veces me recuerda a determinadas páginas de Mazzucchelli, precisamente las que más me recuerdan a Alex Toth y a Chester Gould, aunque el estilo de Maleev es más oscuro (muy buena utilización de los grises y los difuminados de tinta) y tal vez más estilizado a la hora de dibujar los rostros y las figuras.
También es verdad que el dibujo de Maleev se vio excelentemente apoyado en la serie por los colores de Matt Hollingsworth (hoy, los coloristas han asumido unas cotas de protagonismo que nunca habían tenido, y creo que con justicia, ya que un porcentaje del resultado final del tebeo me parece hoy más suyo que nunca). En este sentido, el trabajo de Maleev se vio resentido por el abandono de Hollingsworth (a partir del #66 aprox.), ya que los colores de Dave Stewart no proporcionaron nunca al dibujo y a las tintas de Maleev la atmósfera que lograban los colores de Hollingsworth.
El Daredevil de Bendis y Maleev está basado en un evento definitivo para el personaje: revelar la identidad de Daredevil. Todo lo que sucede en esta etapa parte de esta situación creada.
A modo de prólogo, la primera saga ("Lugarteniente") le sirve a Bendis para plantar las semillas de lo que quiere montar a continuación. Para ello, presenta a Sammy Silke, un mafioso de Chicago que llega a los dominios del ahora ciego Kingpin (de verdad, que es que a veces hay que joderse) para ser tutelado por éste. Pero Silke irá más allá y apoyado por Richard Fisk (los seguidores de Spidey se acordarán de quién era la Rosa) desafiarán a Kingpin poniendo precio a la cabeza de Murdock y derrocándole en una conjura a lo "Julio César". Su error es no acabar de matarle, y, sobre todo, subestimar a Vanessa, a la que Bendis trata extraordinariamente bien (a diferencia de Kingpin), y que uno a uno, irá ajustando cuentas con los conspiradores (Richard, incluido). El único que salva el pellejo es Silke, que trata de hacer un trato con los federales revelándoles que Matt Murdock es Daredevil. Y de aquí arranca todo.
La siguiente saga ("A la vista") es la que más me gusta de todas las que hicieron Bendis y Maleev en sus cinco años en la serie, tal vez junto con la de la Viuda y el Dossier Murdock.
Aunque Bendis partió de una idea que no era original suya, puesto que, por ejemplo, Chichester y McDaniel ya la habían utilizado en Caída del Paraíso, la diferencia es que Bendis no la utilizó para justificar un estúpido cambio de traje, sino para montarse una historia de verdad, con consecuencias que llegarán incluso más allá de su etapa en la serie.
Y así, mientras un agente del FBI vende la identidad de Daredevil al Globe, Bendis aprovecha el terremoto mediático que le cae encima a Murdock para caracterizar con verdadero acierto a Foggy, haciéndole un personaje interesante de verdad y presentándole no sólo como el mejor amigo sino como el gran confidente de Matt a la hora de afrontar lo que está sucediendo. Y al mismo tiempo, según avanza la historia, empiezan a aparecer los personajes clásicos de la serie (la Viuda, Elektra, Ben Urich).
El trabajo de Maleev en esta saga es necesario volver a mencionarlo. Por destacar un número, echarle un vistazo a ver qué os parece el #34 y fijaros en las páginas en que Daredevil corre por los tejados. Hay dobles páginas espectaculares que no son simples pin-ups, sino que dentro de ellas se pueden contar hasta 18 viñetas mientras Matt piensa en la conversación que ha mantenido con Foggy.
"El Juicio del Siglo", la minisaga en que muere el Tigre Blanco, es otra de las sagas que me ponen de esta etapa, esta vez sin Maleev, lo que aunque me quita el tono de serie negra que Maleev le proporciona a las historias, sirve para demostrarme que Bendis en el fondo sabe currarse buenas historias.
Maleev vuelve en "Bajos Fondos", saga en que Bendis aprovecha para hacer avanzar la historia que se ha montado, para presentar a Milla Donovan, para hacer aparecer a la HCM en unas calles que ya no pertenecen a Kingpin, y para dar un nuevo giro a la historia con los asesinatos de Uri Rosenthal y Sammy Silke, lo que meterá de lleno al FBI en la vida de Murdock y afianzará a Foggy como el mejor secundario de la serie.
Sin embargo, no todo fueron alegrías con Bendis. "Implacable" estuvo bien construida, pero no es una de las sagas que más voy a recordar de Bendis. Y es que debe ser muy difícil manejar a un Kingpin despojado de su poder, seguramente porque desde que lo cogió Miller el poder es algo innato al personaje, y sin él, parece que a Kingpin le falta algo. Igualmente, María Tifoidea no es sólo una loca y me cuesta verla abalanzándose como una imbécil hacia un tipo como Luke Cage para que éste se la cargue de un sopapo. Y Bullseye, por mucha película y mucha historia que se montase su agente, no es Colin Farrell, y a mí, fuera de la cárcel, me gusta verle con su uniforme, creado por cierto por Bob Brown y Romita padre. Además, el hacer que Matt se desenmascare y se proclame rey de la Cocina del Infierno, tampoco me pareció un buen camino a seguir, y tengo la sensación de que a Bendis tampoco.
De hecho, "el Rey de la Cocina del Infierno" sirve para hacer una elipsis de seis meses en el tiempo (como le gustan a Bendis esta cosa de dar saltos en el tiempo) y mostrarnos a Matt casado con Milla tras haber ganado la demanda al Globe, dándose de ostias con la Yakuza, y recibiendo constantes recriminaciones por haberse proclamado "sucesor" de Kingpin. Lo que más me convence de esta saga es que el matrimonio con Milla sirve como excusa para traer a la trama el efecto de la muerte de Karen sobre la mente de Matt, algo que no había sido nada explotado en la serie fuera de las ventas buscadas por Quesada para la ocasión, y que sirve para que Milla le abandone y le deje aún más hecho polvo.
La de "la Viuda" es otra de las sagas que más me gusta de Maleev (la doble página de los créditos del #62 es para hacerse con una reproducción chula y hacer que el tío te la firme), y si bien es cierto que no me convence un pelo la manera en que Bendis maneja a Kingpin, Bullseye y Tifoidea, sí me pone, en cambio, el modo en que el calvo trata a la Viuda Negra, a la que le coge totalmente el punto (me parece buenísima la escena de Babette en la ducha con Puzzle y la posterior llegada del FBI) de amiga de Matt y a la vez agente de Shield, además de ser una zorrupia de campeonato.
También hay historias que no me llegan nada. "Edad de Oro" me parece la peor historia de Bendis y Maleev en Daredevil, quizás porque tanta patada a la continuidad me saca de quicio y porque la técnica de Bendis de contar las historias dando saltos adelante y atrás me acaba cansando. Lo mismo me pasa con la primera parte de "Decálogo", aunque la segunda parte me funciona mejor cuando Bendis deja de mirar atrás y se centra en la historia del demonio ninja ese que parecía una especie de feto diabólico.
El final de su etapa con el "Dossier Murdock" me pareció también de lo mejor de Bendis y Maleev, aunque no dejase de parecerme artificial y tramposo el que una cosa que no existe sirviera como leitmotiv de su despedida de la serie. Sin embargo, aunque es difícil manejar bien a Elektra, Bendis la trató bien (no sólo aquí, sino cada vez que la hacía aparecer en la serie y sobre todo en "A la vista") y también manejó bien la interacción entre ella y la Viuda, y entre ellas dos y Daredevil.
Y sobre todo, el desenlace de la trama de la revelación de la doble idéntidad de Murdock estuvo bien resuelto, tanto que a veces me parece que todo lo que Bendis hizo desde "A la vista" fue alargar un argumento de manera a veces un poco forzada. El caso es que esta saga que acabó con Murdock en la cárcel fue uno de los mejores desenlaces posibles que se podían haber llevado a cabo. Y lo fue, sobre todo, porque Bendis y Brubaker lo acordaron así, de manera que no puede hablarse de ningún cabo suelto, sino de algo pensado para que Brubaker arrancase su etapa de la manera más espectacular posible.
En su conjunto, por su duración en el tiempo, salto cualitativo en relación a las etapas inmediatamente anteriores, situaciones creadas, trascendencia de los argumentos y espectacularidad e influencia de su dibujo, la etapa de Bendis y Maleev creo que va a ser muy bien recordada con el paso del tiempo por los que seguimos a Daredevil, aunque también tengo la impresión de que lo va a ser menos que la de Brubaker y Lark.
Y no he dicho nada de las portadas de Maleev a lo largo de su estancia en la serie, que me parecieron fantásticas y que no te engañaban para nada con lo que luego te encontrabas en el interior del tebeo.
5º.-
La etapa de Brubaker y Lark. Es evidente que esta etapa aún no se ha terminado, aunque esté a punto de hacerlo en los USA, y por tanto, comentar algo sin saber cómo va a acabar y sin tener la perspectiva adecuada que te da el paso del tiempo, no deja de ser una bonita manera de columpiarse y de ponerse una diana en el culo para que Bullseye haga puntería.
En todo caso me da igual. Todo lo que me he leído hasta ahora me parece el mejor Daredevil que tenido entre mis manos desde la marcha de Miller de la serie.
Aparte de que Lark, Gaudiano y el regresado Hollingsworth, mantienen cojonudamente el tono de serie negra y realista conseguido por Maleev, los guiones de Brubaker me parecen muchísimo mejores que los de Bendis, oscurecidos sólo por su exitoso paso por la serie del Capitán América, que está situando todos los focos sobre ella y haciendo pasar bastante más desapercibido su paso por Daredevil, que por algo es una serie más de "culto", afortunadamente para los que la seguimos (Y que siga así muchos años).
"El Diablo en la Galería D" y "El Diablo se da un paseo" me parecen una pasada. De las mejores primeras impresiones que me he llevado nunca al leer la serie de Daredevil: sin alargamientos innecesarios, con golpes que de verdad estremecen a los personajes (ese Kingpin llorando de rodillas en la tumba de Vanessa y pronunciando su nombre, vale su peso en oro) y sin engañar a los lectores más de lo necesario que para mantener una cierta intriga (el caso de Foggy). Y sobre todo, teniendo claro quiénes son los personajes que manejas y lo que harían en una situación como en la que se ven envueltos.
Incluso me parece que Brubaker resuelve todas las situaciones planteadas por Bendis mejor de lo que lo hubiera hecho el propio Bendis, dándome palmaditas a mí mismo por el cambio producido y deseando releerme esta etapa una vez que llegue a su final.
Me pone un montón la historia de Murdock en el trullo con todos los personajes que allí se mueven, alcaide incluido, la pseudomuerte de Foggy y cómo le hace perder la chaveta a Murdock, convirtiendo la cárcel en una trampa mortal para todos los que están allí encerrados con él, guardas y visitantes incluídos; con Kingpin apareciendo como otro preso más, pero que nunca pierde de vista el conjunto de lo que está pasando allí dentro aunque al final se vea de nuevo superado por Murdock; con Bullseye como baza ganadora que alguien se reserva en la manga (aunque no te esperes que ese alguien sea Murdock, ya que todo parecía estar pensado para que fuese la de Kingpin), y, claro está, con el tío Frank por allí en medio, controlando la situación y dejando hacer a Daredevil. Vaya una saga acojonante y bien hecha:
Y casi tengo que decir lo mismo de la saga "europea" de Daredevil, aunque aquí lo que me alucina es lo bien que aparece caracterizada Vanessa Fisk y su acojonante plan para retribuir a Matt y a Kingpin por lo que se vio obligada a hacer a su propio hijo. Una historia perfectamente contada y dispuesta para hacer que todas las piezas encajasen a su conclusión, con esa comprensión final de Matt de que, por muy putas que se las hiciera pasar, Vanessa nunca fue Kingpin: ella sí tenía alma.
Además, Brubaker y Lark no parece que vayan a detenerse: el "remodelado" de Larry Cranston les ha quedado de puta madre. Y como no podía ser de otra forma, la pobre Milla tiene toda la pinta de que va a seguir los pasos de muchas de sus predecesoras.
Ya sólo me falta por ver la saga de la nueva Lady Bullseye (dadme un poco de tiempo para que asimile todos estos travestismos que hoy están de moda, que aún me cuesta) y el Regreso del Rey, algo que parecía quedar pendiente. Cuando esto concluya, lamentablemente esto se habrá acabado. Y es que en la Marvel, todos los tebeos tienen un final, para que pueda haber otro principio. Esto funciona así.
Y aunque me cueste creerlo... por fin he acabado (lo que daría por ver vuestras caras de alivio). Esta vez me ha costado un huevo y nunca jamás voy a repetir algo parecido (ya podéis dejar de gritar de júbilo, cabronazos). Y eso que incomprensiblemente para mí no he llegado a hablar de las etapas más clásicas de Romita padre, Roy Thomas, Gene Colan (aquí sí que me jode de verdad no haber dicho apenas nada), Bob Brown, O´Neill. Tampoco he mencionado nada algunas portadas de la serie, algo que también me hubiera gustado. Ni me he detenido apenas nada en algunos de mis personajes favoritos, porque me hubiera gustado enrollarme con Batallador Murdock, un personaje en el que hay que fijarse, como de una manera u otra han hecho los autores que mejor le han cogido el punto a la serie. Ni he dicho nada de la muerte de Karen Page, del regreso a la vida de Elektra, del dúo Spiderman/Daredevil (desde su "creación" por Romita hasta la famosa saga del Comepecados, o la del Ciego guiando al Ciego), de Stick, de Ben Urich, de Turk..
Pero es que ya hubiera sido un exceso, si es que no lo ha sido ya, que yo creo que esta vez sí lo ha sido y me he pasado tres pueblos.
Supongo que habrá cosas de todo lo que he puesto con las que se esté de acuerdo y otras muchas con las que no. Pues bueno, como ya dije en otra ocasión, para eso está el Foro, para opinar, coincidir y discrepar. En todo caso, hice el esfuerzo que les prometí a Metallicas y a Christianspi (tío, un beso de tornillo y con lengua, si algún día te llegas a leer esto).
Y no. No pienso escribir ningún libro ni nada parecido sobre Daredevil. Aunque me pondría como una moto hacer negocio con esto de tebeos, el día en que mis aficiones se conviertan en trabajo, me buscaré otras aficiones.