Buenas tardes. Lawrence de Arabia nunca me gustó, todo el mundo tiene una película que no soporta, esa es la mía. Aunque valoro sus logros técnicos. Me abstendré de puntuarla.
Voy a hablar un poco más de La Chaqueta Metálica, una de las obras maestras de mi adorado Stanley Kubrick.
Se compone de dos partes: la primera, impactante, la segunda, conmovedora.
El capítulo de la instrucción militar es considerado el mejor. Quizá sea el más eficaz, el menos sutil, el más efectista. Kubrick se recrea en el humor negro, con los diálogos punzantes del sargento Hartman y la simpática imbecilidad del Recluta Patoso que se va tornando en una siniestra locura. No nos muestra el horror de la guerra, nos muestra el horror del proceso de formación militar. No es un horror para la mayoría de reclutas, lo es para el pez fuera del agua, que debe soportar un tormento muy similar al "bulling" sufrido por estudiantes "inadaptados" (o a los que les niegan la adaptación) en las escuelas. Es imposible no sentir compasión por Patoso, no obstante es algo que vemos tan cercano y palpable que no (me) llega a conmover, sólo a dejar helado, que no es poco. Da igual, no es esta la idea del cineasta inglés. La verdadera valía del capítulo es su capacidad de introducción al segundo episodio, el verdaderamente magistral en mi opinión. Salen de un infierno controlado para meterse en un infierno incontrolable, en el que se sentirán más inseguros, con su vida en juego y mirando a la muerte cara a cara, pero también estarán mas libres. Un infierno más puro, en definitiva, en el que a la hora de la verdad poco importan las jerarquías. El final de este episodio cumple con su objetivo: es impactante en grado sumo e incluso terrorífico. Es un caso por todos conocido actualmente como he dicho, en otro contexto, alzado al mito por el refuerzo que suponen unas escenas de crueldad y abuso tan fríamente filmadas.
Siempre dije que kubrick no era una buena persona. No lo pienso sólo por su fama de tirano y egolatra, también por su "impasibilidad" al mostrarnos escenas sobrecogedoras, haciendo que estas sean lo que son, desplazando la atmósfera para dejarnos sólos frente a la cruda realidad, sólos frente a nuestras emociones. Ciertas escenas incluídas en el guión, resultarían chapuceras en manos de un director más frenético y más humano, menos calculador. Nadie más podría resistir la tentación de incluír una musiquilla estilo "Perdidos" en las escenas de relumbrón (quizás Scorsese), optar por un encuadre menos cercano, filmar la escena a un ritmo menos perturbador. Hay que ser muy cruel para echarnos encima la realidad, sin aditivos, o quizá tener mucha habilidad y mucha personalidad, para no reprimirla.
La película podría haber terminado con la graduación de los soldados y ya sería un hito de la historia del cine, debido a los diálogos, las escenas de brutalidad, las interpretaciones y la dirección. Pero continua.
El segundo episodio es más sútil, más sosegado. Resulta fácil distraer la atención en algún momento. Como ya me he extendido demasiado me limitaré a señalar el aspecto que en mi opinión eleva a este film a la grandeza mayúscula.
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Y todo ello rematado por una gran banda sonora. Un 9.5.