Viaje en el tiempo.
Día 78: Masacre
Wade Wilson, más conocido como Masacre. Mutante, mercenario, héroe y villano, soltero (cuesta creerlo) y sobretodo bocazas.
¿Creado a base de unas células de Lobezno para curar a un hombre enfermo? ¿Qué más da? Lo importante es que ha llegado a tener su propia historia y una personalidad que no tiene nada que ver con la de Logan, y por supuesto nada que envidiar.
La operación resultó un éxito, pero a costa de la piel del sujeto, la cual se convirtió en algo uniforme y horrendo, pero no era aquello lo que acomplejaba a Masacre (bueno, quizás a veces sí) sino ciertos recuerdos anteriores a la operación, que cada vez saldrían menos hasta llegar a desaparecer.
Pero volvamos al comienzo. Tras convertirse en Masacre, Wade se ve en la obligación de competir con el asesino más grande sobre la faz de la Tierra para ganar un puesto en las filas de Kingpin. De todas maneras, al final consigue fama y reputación, lo cual hará dormir tranquilos a los que no conozcan a Masacre y lo estén haciendo ahora.
La de Bullseye (que además era su amigo de copas y compañero de trabajo en ocasiones) me recuerda la de relaciones de todos los colores y tamaños que ha tenido el mercenario, que llegan desde una prostituta hasta un grupo de héroes fracasados, pasando por vendedores de armas, psicólogos, reyes, cantidad de mercenarios, agentes interdimensionales, una vieja ciega, un Mesías, telekinéticos del presente y del futuro, la mismísima Muerte (que no tiene nada que envidiar de la relación de la misma con el villano conocido como Thanos de Titán).
Entre sus poderes están la capacidad de curación y… bueno, la capacidad de curación, pero en unos niveles dignos de admirar llegando a recuperar tejidos, miembros… ¡Y órganos! Pero aparte de eso, domina diversas armas y es todo un maestro de la espada. Sus habilidades como luchador también son excelentes, pues domina varias artes marciales y ha derrotado al mismísimo Batroc el Saltarín en un combate (y ha combatido y resistido con Lobezno, pero eso ya no es para tanto (eso sí, de las batallas más divertidas que he leído, con comentarios sobre el tiempo que duraban en un salto y cosas de esas)). También tiene ciertos aparatitos que usa como ayuda, como un proyector holográfico, muy útil cuando quiere pasar desapercibido, y un cinturón que le permite teletransportarse.
Cuando quiero hablar de la personalidad de Masacre no puedo más que asombrarme… no sé por dónde empezar ni cómo acabar… no sé qué se puede decir de un tío que ha tenido encerrado a una vieja, no se esfuerza en no resultar herido (se dejó tirotear y se hizo pasar por muerto para eliminar a un objetivo), suelta chistes en las situaciones más comprometidas (en pleno tiroteo con máquinas de entrenamiento programadas para matar: ¿Me habré dejado encendido al gato, le habré dejado agua a la plancha?), egoísta como él solo pero a la vez capaz de sacrificarse por la humanidad, mercenario pero con un estricto código de honor que no le permite matar a sus enemigos, pero sí atacarles por la espalda (preciosas escenas de Masacre y Bullseye acabando con un puñado de enemigos)…
Acabaré diciendo que su presencia asegura diversión y carcajadas al lector, esté en la colección que esté (aunque suele estar más en las de tipo cómico, como la suya propia, la suya propia con Cable, Vengadores de los Grandes Lagos…) y en la situación que esté (en el número de Cable y Masacre Civil War, en la Casa Blanca… buenísimo)
En fin, una reverencia como una casa para Masacre, una para Joe Kelly y una más para su parodia del Amazing Spiderman 47 (que es uno de los momentos estelares del personaje y del mundo del cómic)
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