El Hombre de Hierro es uno de mis personajes favoritos de la Marvel. Siempre me ha gustado. Su vertiente tecnológica me hace verle como uno de los personajes más reales del cómic de superhéroes, si es que a alguno de ellos se le puede considerar real.
Su rollo de mujeriego irredento me hace gracia y su papel de borrachín del universo marvel le da una dimensión que no tiene ningún otro personaje en el mundo políticamente correcto del tebeo USA, por no hablar de lo que debieron pensar en su día lo del Comics Code al ver que los niños podían leer como su superhéroe favorito pilotaba su armadura borracho como una cuba.
Aparte de la época genial de Archie Goodwin, me llama la mejor etapa del personaje, la clásica de Micheline, Layton y Romita (incluida la segunda época de los dos primeros, las Stark Wars me parecieron en su día de lo mejor que hizo Marvel con él), aunque soy un gran fan de las épocas de Byrne, Mantlo y Busiek. También me mola la actual etapa de Ellis y la familia Knauf, aunque supongo que para valorarla bien habrá que dejarla pasar unos añitos.
Lo de la Civil War, mejor lo dejamos pasar, más que nada porque acabo siempre soltando el mismo rollo y voy a acabar pareciendo un disco rallado. Además, también los albañiles tenemos derecho a tomarnos un respiro.