¿Pero eso está bien? Yo prefiero a los escritores que no tienen que depender de eso. Watchmen nos mostró que los superhéroes también pueden morir en accidentes ridículos como engancharse la capa. A veces no tiene ni que pasar. Grant Morrison hace que Animal Man se pregunte cómo coño puede volar si no tiene alas y está reproduciendo el poder de los pájaros, y Peter David hace que Madrox se pregunte de dónde sale la ropa de sus dobles cuando se multiplica. Ninguna de estas dos preguntas obtiene respuesta, porque tendrían que ser complicadas y ridículas de cojones, pero por lo menos muestran que el guionista sabe dónde están los fallos de coherencia. Señalarlos me parece una actitud valiente y más digna del oficio que pasar de puntillas como si no existieran.
No te entiendo, Ibai, ¿si está bien que Gotham, una ciudad gótica y expresionista esté llena de gárgolas?
Coño, es Gotham. ¿Existe alguna ciudad tan moderna con esa arquitectura? No.
¿Tiene sentido que una ciudad tenga tantos elementos arquitectónicos de 50 metros? No.
Pero es ficción. Y es la ciudad de Batman, un murciélago gigante que combate el crimen.
Ya puestos, ¿qué lógica o realidad tiene que una paraje virgen como la Tierra Salvaje esté oculto en mitad del hielo? ¿Qué en él habiten dinosaurios? Sí, se explica, corrientes geotérmicas, blablabla, y demás patrañas. Pero no es real, es plausible. Verosímil dentro del universo del que forma parte.
No veo mal que se haga la coña o la alusión metanarrativa habitual de tíos como David o Morrison. Me parece un momento de lucidez. Pero una vez se hace más que como apunte, creo que es un complejo innecesario.
Estáis leyendo tíos con gayumbos. Uno de los géneros de ficción más idiota de la historia. ¿Y queréis que los autores expliquen mediante cinismos los propios clichés del género? Joder
Verosimilitud y coherencia interna. No hay que pedir más.
De lo contrario, no estás aceptando las normas básicas de ese universo de ficción en el que te adentras, y sin pacto entre el lector y el autor, no tiene sentido nada.