He leído
Coleccionable La Espada Salvaje de Conan Nº 39.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Continuamos con la etapa escrita por Michael Fleisher, que sigue su línea de entretenimiento habitual. En esta ocasión, tenemos dos episodios en los que centra las aventuras del cimmerio en su particular cronología y con algunos personajes que comienzan a ser habituales de la revista desde que el escritor desembarcó en ella. Sigo pensando que Fleisher no inventa nada nuevo, tampoco es particularmente atrevido pero sí ofrece la dosis pertinente de entretenimiento esperada en historias del género. A pesar de la marcha de John Buscema cuenta con artistas de un nivel medio alto, por lo que la serie sigue siendo bastante disfrutable en ambos aspectos. Sinceramente, si se mantiene en este nivel hasta el regreso de Thomas me siento satisfecho, aunque reconozco que no confío plenamente en ello. Pero, bueno, no nos adelantemos y ya lo iremos viendo sobre la marcha.
Iniciamos esta entrega con
"Contienda de sangre", un relato destinado a ser el siguiente enfrentamiento entre nuestro protagonista y el pirata baracho Bor'Aqh Sharaq. Desde luego, no se puede negar que Fleisher ha construido un villano insistente que casi representa una perfecta analogía del típico supervillano del Universo Marvel, o de cualquier otro cosmos de ficción dentro el género superheroico. Entiendo perfectamente el concepto, y me parece una herramienta como cualquier otra para mostrar algo más que un puñado de historias inconexas, pero también es cierto que es un personaje que acaba cansando un poco. Medio mutilado, atrapado por demonios, congelado, vitrificado o caído desde un precipicio, Sharaq sale con vida de cualquier situación, algunas veces sin demasiada explicación de cómo, para volver con fuerzas renovadas y cargado de odio. En este tomo incluso diría que podría haber muerto al menos en una ocasión, pero parece que el guionista quiere reservarlo aún más tiempo. Quizá si separarse un poco más sus apariciones en el tiempo todavía, pero creo que comienza a sobreexplotar el concepto, lo cual puede generar un poco de hastío en el lector.
Otro personaje que regresa es la joven Jessica, manteniendo esa cronología a la que hacía mención antes, pero que generalmente siempre sirve a un motivo determinado. De nuevo el escritor es un poco tramposo, porque cuando termina la historia está en compañía de Conan pero en la siguiente ya no, sin ninguna explicación. esto es quizá lo que menos me gusta, ya que el autor utiliza a los personajes según sus intenciones para los argumentos, pero no es capaz de cuidar todo lo que debiera estos punto, como hizo Thomas en Conan the Barbarian, por ejemplo. De ese modo la temporalidad es siempre un poco engañosa, por mucho que quiera establecer una línea temporal concreta, si no es capaz de trabajar en todos los aspectos de este recurso narrativo, haciendo aparecer y desaparecer personajes como si tal cosa. No obstante, esto es lo único realmente achacable, porque después tanto el tratamiento del personaje, la ambientación o incluso el ritmo narrativo es lo suficientemente bueno para dejarnos relatos entretenidos y con una esencia básica del género.
En el apartado gráfico tenemos a Dave Simons, un artista que comienza francamente bien, pero que a medida que avanza el relato da muestras de algunas irregularidades, posiblemente por no poder llegar a las fechas de entrega. En la primera mitad del relato podemos ver como Simons utiliza muy bien una técnica de entintado que le permite perfilar los volúmenes de los personajes y mostrar viñetas plagadas de detalles, para ir poco a poco mermando, llegando incluso a utilizar un menor número de viñetas, que le permitan acelerar un poco el trabajo. es una pena, porque hay páginas francamente buenas y se nota que es un dibujante con muchas aptitudes para esta serie, pero está claro que no todo el mundo puede llegar a tiempo a las fechas de entrega sin sacrificar algo.
Después tenemos
"Los Ojos de G'Bharr Rjinn". En este tomo, me cuesta elegir una historia entre las tres incluidas en este volumen. Principalmente porque las dos principales casi podríamos decir que son dos partes de una sola. Fleisher decide recuperar a Cuervo de las Nieves, esa ladrona que ya tuviera sus diferencias con el cimmerio, y que podríamos decir que es una extraña combinación entre Red Sonja y Valeria. También regresa el pirata baracho, que tiene una de las mejores oportunidades de morir definitivamente al final de la historia, pero ya sea porque Conan es un bárbaro con un peculiar honor, o porque Fleisher aún no ha dicho la última palabra sobre el reincidente villano, se queda a la espera de un más que segura próxima aparición. Por lo demás, cabe destacar que Cuervo de las Nieves, al contrario que la guerrera hyrkania, sí que sucumbe a las debilidades de la carne, por mucho que quiera gritar a los cuatro vientos que no se deja dominar por un hombre. No sé si decir que Fleisher pervierte ese feminismo rudo que promovía Howard, o simplemente necesitaba cubrir el espacio habitual para el sexo y es a la que tiene más cerca. Sea como sea, parece que los ideales de la ladrona no son tan firmes como parecían en un principio. Por lo demás, el escritor utiliza una combinación entre mitología y fantasía para construir un relato muy entretenido que gira en torno a dos ojos con ciertas capacidades que podrían ser los protagonistas de una canción de hielo y fuego. Por su parte, el baracho sigue en sus trece, aunque ahora parece aceptar que quizá necesite ayuda para culminar su venganza. Al final, de villano odioso y antipático acabará convirtiéndose en alguien digno de lástima. Esperemos que Fleisher sepa darle al menos un final digno.
En el apartado gráfico tenemos de vuelta a Rudy Nebres, un artista filipino de trazo abigarrado que destaca principalmente por su profusión por el detalle. A mí me gusta mucho, aunque reconozco que ne ocasiones cuesta discernir lo que sucede en una viñeta con tantos elementos tan definidos. Me gusta particularmente el empleo de las luces y las sombras combinado con cierta "suciedad" en el trazo que da como resultado una gran cantidad de viñetas barrocas y muy trabajadas. Se nota también la influencia de este artista en muchos de los dibujantes filipinos que aterrizaron en el mercado estadounidense a mediados de los setenta, de los cuales más de uno venía del estudio de los hermanos Nebres. A pesar de que Simons es más "simplista" y no lo hace nada mal, Nebres está mucho más curtido y eso es algo que se nota en su trabajo para esta historia.
Cerramos el tomo con una historia de complemento escrita por Alan Rowlands,
"Profunda devoción", un guionista que se introdujo en los cómics por su amigo el también guionista Evan Dorkin, realizando algunas aportaciones para la revista. El relato no es gran cosa y sigue un poco el esquema de la moraleja final. Digamos que tenemos un intercambio de sabiduría entre el cimmerio y sus conocimientos salvajes, y Bêlit y su sabiduría sobre el mundo civilizado. Lo curioso es que se emplee precisamente la etapa del bárbaro en el Tigresa, aunque quizá por aquellas fechas la colección hermana se situaba en esa etapa. Así de memoria no me cuadran las fechas, pero podría ser. De todas formas, lo realmente llamativo es el dibujo de Tony Salmons, que realiza una versión de Conan algo extraña, portando un casco al estilo griego. Como si hubiese salido de las Termópilas o algo. Además, ese dibujo tosco tampoco ayuda, siendo un complemento realmente pobre tras el trabajo de Rudy Nebres. Sin duda, lo más flojo del tomo, y lo más irrelevante.
Por último, y por desgracia, tenemos que volver a destacar aspectos negativos de la edición. El primero es que de nuevo Planeta intercambia bocadillos de un diálogo en una viñeta. No llevo la cuenta exacta, pero ya van unas cuantas en las que esto ha sucedido. Esta colección tiene una mala suerte reincidente. Y aunque no iba a hablar más de las traducciones, es leer un "tontos del culo" y es imposible llevarse las manos a la cara. Creo que se cuelan al menos cuatro expresiones similares, que poco o nada encajan con este tipo de Universo Hyborio. Barbaridades que te saltan a la cara y te hacen pensar como se puede permitir esto en una publicación mínimamente profesional. Desde luego, la corrección y traducción de este coleccionable no podía sr más mala. O puede que sí. Cruzaré los dedos para que no tenga que asombrarme aún más con esta creatividad en los diálogos o directamente quedarme ciego. Para el siguiente me pongo las gafas de protección, por si acaso...