He leído
Invencible Nº 25.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Brutal entrega de esta serie, que sigue estando en mi top de grandes colecciones del género en los últimos años. Con muchas ganas de ver como continúa y ver que planes tiene Kirkman para la recta final. Sea como sea, el camino lo estoy disfrutado mucho, sobre todo por esa frescura a la que nos tiene acostumbrados el autor en esta creación suya. Antes de nada, comentar que en este volumen comienza la publicación en España de ECC Comics de esta licencia. Aplaudir una vez más que hayan respetado el formato y la edición de los tomos anteriores, así como su precio. Si bien es cierto que solemos criticar, con razón en la mayoría de ocasiones, la labor de esta editorial en cuanto a sus decisiones, la verdad es que por una vez puedo decir que estoy contento con lo que han hecho, y vamos a poder disfrutar sin problemas del final de esta gran serie. Cuando se quiere, no cuesta tanto hacer las cosas bien, y esta vez lo han demostrado con creces.
Destacar que para este arco argumental regresa Cory Walker a la serie, con un estilo ligeramente diferente al que venía mostrando Ryan Ottley. No es en absoluto nada malo, pero sí es cierto que se nota el cambio, sobre toda en la forma de Walker representar los rostros de los personajes. No obstante, teniendo en cuenta que se muestran ciertos cambios debido al tiempo que Mark estuvo fuera, pues la verdad es que no me parece nada traumático, y encaja muy bien en el estilo de una cabecera que él mismo ayudo a crear. Además, vemos escenas muy bien ilustradas, que nos recuerdan a los inicios de la serie., en concordancia con el ritmo trepidante de los guiones.
En este arco argumental, Kirkman vuelve a pivotar sobre uno de los principales aspectos de la serie, que no es otro que los personajes. Tras varios años exiliado, Mark regresa para descubrir ha habido cambios durante su ausencia y que debe reconstruir su vida. Una hija que ha crecido sin él o Eve que mantuvo una relación durante un tiempo son algunos de los aspectos que debe afrontar, así como la sensación de culpabilidad por no haber estado ahí cuando lo necesitaban. Por no mencionar la dificil decisión que tuvo que tomar para poder regresar, poniendo por encima a su hija, algo que no le hace sentir como un héroe precisamente. Como siempre, Kirkman condensa todo esto a lo largo de muy pocos números, sin que por ello se evite la profundidad del drama o como viven todo esto los protagonistas. Un ejemplo perfecto de la cantidad de temas que se pueden tratar en el género sin necesidad de prolongar las tramas indefinidamente y provocar que todo se diluya con el paso del tiempo. La representación de este matrimonio, con sus aciertos y sus fracasos, es tan real como la vida misma, algo que cala profundamente en el lector, haciéndolo partícipe de la historia, y también haciendo inevitable que surjan ese nexo de unión tan necesario entre él y los personajes. Desde los inicios, Eve y Mark ha formado una gran pareja, introduciendo cierta dosis de realidad dentro de la ficción en la que viven, lo que ha provocado una tridimensionalidad que traspasa las viñetas y que en contadas ocasiones se consigue algo así. Kirkman no lo solo lo ha conseguido, sino que también lo ha prolongado en el tiempo y es sin duda uno de los secretos del éxito de esta serie. En mi opinión, esa humanización tan conseguida de los protagonistas es una de las claves primordiales de la calidad de esta cabecera, que después de más de 130 número sigo disfrutando como el primer día.
Además de este día día, en la recuperación del tiempo perdido de Mark con su familia, Kirkman aprovecha para dar un repaso a como está todo, incluyendo la situación de la Tierra y el continuo ascenso de Rex. Con una visita a sus padres, Mark verá con sus propios ojos la posición de su padre, que ahora es amigo de Rex y cree que lo que hace tiene muy buenos resultados en el bienestar del planeta. No sé si el guionista tiene planteado algún cambio de rumbo a esta trama, que me parece una de las más interesantes que ha planteado a lo largo de la colección, dejando reflexiones sobre algunos aspecto del género que han permanecido estáticas durante décadas, supongo que sí. Sea como sea, es un ejemplo de como se puede llevar a un nuevo nivel la redención o la figura del villano. Si es que al final se revela que realmente lo es, porque ahora resulta complejo encasillar a Rex de ese modo. Tengo curiosidad por ver si Kirkman hace lago al respecto, o al final es Mark quien acaba asumiendo que pese a los métodos y a los muertos que ha dejado por el camino, Rex ha realizado una buena labor por el bienestar común. Por cierto, en esta visita también descubrimos que
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Tengo curiosidad por como va a evolucionar esta trama en un futuro próximo.
La parte central de este arco argumental está centrada en Thragg, que continúa sus planes de conquista por distintos planetas para restablecer el imperio viltrumita con un poderoso ejército de hijos suyos, a los que hemos visto criar en números anteriores de la serie. Por un lado, ante los pocos resultados de su captura, Allen sufrirá un ataque de una de los miembros de la coalición de planetas para dar un nuevo giro a la misión de captura del viltrumita. Por otro lado,
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Los últimos episodios del tomo han sido brutales, en todos los aspectos imaginables. Ya no hablo solo de la sangre en sí misma. sino de la intensidad de la pelea, o de la sensación de que todo puede acabar de forma dramática. Al fin y al cabo, esta serie siempre se ha caracterizado por que puede pasar cualquier cosa en ella. De hecho, es sorprendente ver
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Quizá el aspecto más negativo es la resolución final. Si bien es cierto que te puedes esperar algo así, a mí me ha parecido algo cogido por los pelos, pese a la explicación de Eve del uso de sus poderes. Aceptamos barco porque lo estamos disfrutando mucho, pero Kirkman ha tensado demasiado la suspensión de la realidad en esta ocasión. Quizá es la única pega que le puedo poner a este tomo que ha estado francamente bien y que me ha dejado con muchas ganas de ver como continúa la serie, sabiendo que ya queda muy poco para terminar. Y es que no puedo dejar de recomendar una lectura que sigue demostrando una y otra vez ser de las mejores series de un género que parecía gastado, pero que Kirkman ha sacado lustre y ha puesto de manifiesto que puede insuflar mucha vida y grandes dosis de frescura. No se puede pedir más, yo por lo menos no lo necesito.