He leído Mr. Mercedes.
Creo que hace años que no tenía tanto interés por la publicación de un libro. Y es que los últimos libros del autor me han hecho reencontrarme con él, disfrutando de sus historias bajo otro prisma. Si cuando era joven lo pase francamente bien con lecturas aterradoras, mórbidas y macabras repletas de conceptos paranormales, ahora lo hago con otro tipo de relatos en los que el escritor muestra su faceta más madura. En esta novela, una vez más, no nos encontramos una trama terrorífica, ni siquiera abraza al género negro como he leído por ahí. Para nada. Mr. Mercedes es una novela policíaca con el sello de Stephen King, con su estilo narrativo y su magnífico desarrollo de los personajes.
Mi opinión general es que es un libro entretenido, de lectura rápida, muy bien escrito, con personajes perfectamente retratados, pero carente de dos rasgos: la originalidad y el suspense. Es curioso como el autor ha ido aparcando, de manera progresiva, esa intriga que te enganchaba en la lectura y ya no te soltaba. Por otro lado, parece haber desarrollado un mayor interés por el drama humano y terrenal, consiguiendo la capacidad de encariñarte con los personajes y sus relaciones hasta el punto en el que cuando sucede el giro dramático (algo habitual y esperado en sus novelas) todo te impacte con cierta intensidad. No obstante, vuelvo a notar una historia fluida que transcurre de la forma más lógica. Tiene sus momentos dramáticos y sus puntos álgidos, pero no me deja la sensación de haber sido timado, justo al final. Aunque diría que la conclusión queda abierta a cierta interpretación por el lector.
Pero el gran error, para mí, es que desvela demasiado pronto la identidad del asesino, por lo que algo que hubiese propiciado el suspense lógico de una investigación, se vuelve muy similar al esquema de un capítulo de Mentes Criminales, pero sin protagonistas guapas. A pesar de ello, un policía retirado, y con cierta obesidad, comienza un pulso con un asesino que le insta a suicidarse tras no haber podido coger al autor de un crimen perpetrado en un centro cívico por el conductor de un Mercedes, que afirma ser él. Este acto provocará el efecto contrario al deseado, insuflando nuevas fuerzas al ex-inspector, que comienza una investigación fuera de la ley, destapando cuestiones que en su momento le pasaron totalmente desapercibidas.
Pero, como decía, lo que en un principio parecía dirigirse a una novela policíaca al estilo de Agatha Christie, se convierte en algo más cercano a “El silencio de los corderos”, donde King profundiza en la mente de un psicópata patológico y un peligro para la sociedad. Además, me parece ver una voz de alarma ante las capacidades que ofrece la tecnología actual para delinquir. Incluso da la sensación que cualquier criminal puede estar más que al día viendo series de televisión como CSI. Estoy seguro que es una reflexión a la que más de uno ha llegado alguna vez, pero King le dedica un libro al tema.
En definitiva, el libro está muy bien escrito, es muy entretenido y su punto fuerte es la caracterización y desarrollo de personajes, junto al avance orgánico de la trama. En esta ocasión, echo en falta la adicción típica de sus historias, la originalidad y el terror. Incluso diría que el grupo de personajes protagonistas es mucho más reducido de lo habitual en sus novelas. Stephen King ha madurado como escritor y narrador de historias, algo que hace muy bien, pero está en las antípodas del autor que con el que yo me enganché. Sinceramente, si no fuese por lo bien que transmite sus ideas, o lo atrayente que convierte algunos conceptos y premisas, este tipo de libros no dejaría de ser uno más de los muchos que se publican al año. La diferencia esencial es que está escrito por Stephen King, aunque mi sensación es que es una obra que quizá sea mejor recogida por alguien que no tenga demasiado interés por el autor, que por el lector constante.