He leído
22\11\63.
Nunca he sido lo que se diría un hombre llorón.Así comienza, la que para mi ha sido la mejor novela de Stephen King en los últimos años, donde podemos disfrutar del viaje en el tiempo que realiza Jake Epping a los Estados Unidos de finales de los 50 y principios de los 60, para intentar evitar uno de los sucesos que marcó a la sociedad americana de aquella época, la muerte de JFK.
A pesar de ser un voluminoso tomo, hay que reconocer que el maestro del terror, afincado en Maine, no se hace esperar para introducirnos en la trama y pone toda la carne en el asador para atrapar a ese lector constante (y al que no lo es tanto) y no dejarlo escapar hasta el final de la novela, con sus más de ochocientas páginas.Y es que puedo decir que es una de esas historias en las que el autor no da excesivos rodeos y se centra en lo que realmente importa.
Sin embargo hay que reconocer, que a pesar de ver a un escritor con mucho oficio y que recuerda sus grandes éxitos de antaño, de nuevo nos encontramos una historia adictiva, pero bastante lejos del terror, o lo que yo entiendo como tal, aunque si tenemos grandes dosis de fantasía, con un tema como el de los viajes en el tiempo, que si no recuerdo mal es la primera vez que lo aborda el escritor y desde luego el resultado final es magnífico.
También habría que destacar que el viaje del tiempo pasará por un Derry post It, donde veremos sobrevolar la sombra de Pennywase, incluso reaparecerán algunos personajes de aquella novela en uno de esos guiños que el autor ha dejado en muchas de sus obras intentando crear un universo personal.
Pero entre viajes en el tiempo, el autor nos dejará una historia de amor, que será capaz de emocionar incluso al protagonista, pero sobre todo cala hondo en el lector.Aunque King siempre ha sido un autor que ha sabido utilizar muy bien sus herramienta narrativas en cualquier tipo de géneros, aquí no es menos y pone toda su experiencia en un relato que te hace desear un final feliz, aún sabiendo como se las gasta este autor.
Quizá para mi una de las sorpresas ha sido precisamente el final, aunque hubiese preferido otro por el cariño que se le va cogiendo a los personajes, un final totalmente coherente y que cierra el círculo perfectamente (todo está armonizado), aunque el propio autor reconoce que ha estado influenciado por Joe Hill, su hijo, y que supone uno de los mejores finales que le he leído, diría que perfecto, al menos todo lo que puede ser con el planteamiento inicial.
En definitiva una muy buena novela capaz de transmitir emociones mientras la lees y cuyas buenas críticas son bastante merecidas, espero que suponga un punto de inflexión con respecto a lo que venía escribiendo Stephen King en los últimos años.
Muy recomendable, tanto para los seguidores del autor, como los que no lo son, que incluso puede que la disfruten más.