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Autor Tema: Sacal al guionista que llevais dentro  (Leído 110613 veces)

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Desconectado scarletcrawler

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #105 en: 16 Octubre, 2006, 22:59:01 pm »
 :leche: :leche: :leche: :mola: :mola: :mola: :babas: :babas: :babas:
¡¡¡¡Qué gran historia!!!!
:furia:= :devilish: No te enfades, Tyler

Desconectado ASV

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #106 en: 17 Octubre, 2006, 15:36:24 pm »
Ni Dinastia de M ni leches agrias... me lo he pasao como un enano... :palmas: :palmas: :palmas:

¿Pienso y luego existo?
Si es así, cuán pocos somos en la tierra...

Desconectado Vazquez

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #107 en: 17 Octubre, 2006, 18:28:24 pm »
Muy bueno! Con cada capitulo dejabas con ganas de más!!!  :adoracion:

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #108 en: 17 Octubre, 2006, 18:33:22 pm »
es buenisimo! en algunos momentos me parece que lo ha hecho marvel!
ahora, para los que llegamos tarde(en pasado), los guionistas de por aqui podriais hacer un archivo en alguna parte de um recopilandolo ;D
tan solo somos un gremio de espectros, no sabemos quienes somos, solo buscamos compañia y consuelo entre los nuestros

Chacal

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What If: ¿Y si el Doctor House fuese Thor?
« Respuesta #109 en: 19 Octubre, 2006, 16:39:44 pm »
Publicado originariamente en mi blog (http://chacalx.blogspot.com) y copipasteado aqui viendo la temática general de este tema:

Relato: WHAT IF ¿Y si el Doctor House fuese Thor?

La puerta del consultorio se abrió de golpe, despertando al Doctor House, que estaba durmiendo en su silla y con los pies sobre la mesa:

- ¡Vaya, por fin te encuentro! –dijo el Doctor Wilson- ¿Tú ya sabes que ahora tendrías que estar pasando consulta?

- Si, pero ahora estaba ocupado.

El Doctor Wilson miró hacía los cómics que estaban sobre la mesa y caídos por el suelo:

- Ya, vale, todo lo que tú quieras. Venga, no te hagas el remolón.

- ¡Jo, papaíto, deja de darme la murga! –dijo House en tono infantiloide.

En ese momento entró la Doctora Lisa Cuddy:

- House, tengo que hablar contigo, a mi despacho.

- Vaya, ¿y ahora a quien se supone que me he cargado?

Cuddy y House se dirigieron hasta el despacho de ella. Al entrar la Doctora Cuddy le dijo a House que cerrara la puerta:

- ¡Ui!, ¿lo crees oportuno? A ver si se van a pensar que me quieres acosar sexualmente.

- House, por favor, ya está bien de tantos cachondeitos. Necesito que hagas una cosa...

- ¿Ves? Lo que yo decía, acoso sexual.

- Necesito que hagas un viaje a Latveria. –dijo Cuddy, ignorando el último comentario de House.

- ¿Latveria? ¿Y eso donde está, en el Tercer Mundo?

- Nuestro hospital participa dentro de una campaña de ayuda a países subdesarrollados, entre los cuales está Latveria. En dicha ayuda está contemplado la visita de un médico por hospital para que ayude a las autoridades sanitarias del país a desarrollarse, y por parte nuestra he pensado que tú eras el más indicado.

- Vamos, ¡no me metas excusas! ¡Tú lo que quieres es perderme de vista!

- House, no negaré que eres bastante irritante y en ocasiones (bueno, no, ¡qué digo en ocasiones!: ¡¡¡casi siempre!!!) vas a tu aire sin seguir los criterios oficiales. Pero eres mi mejor médico, y el viaje sólo te llevará un fin de semana.

- No quiero, ¿porqué no va Wilson, o Foreman, o tú?

- House, por favor, por una vez en tu vida, ¿podrías colaborar en una buena causa?

- ¿Y que tendré a cambio?

- ¿La satisfacción de conocer nuevos horizontes? –dijo la doctora Cuddy en tono irónico.

- Uhmm –dijo House con el ceño fruncido, sabiendo que por mucho que le vacilase a la Doctora Cuddy, al final le tocaría ir a ese viaje, fuera por las buenas o por las malas.

El viaje hasta Latveria fue bastante rápido. Durante el viaje en avión, House se permitió pensar en Stacy, su exmujer, y en la Doctora Cameron, su ayudante. Ambas mujeres, pese a su carácter borde y desagradable, le habian dado recientemente una oportunidad... y él las había rechazado a las dos. ¿Habría hecho bien? Con esos pensamientos se durmió en su asiento del avión.

Una vez llegó a Latveria fue llevado hasta un hotel donde las autoridades habían concentrado a todos los médicos que habian venido (un total de 58). House estaba interesado en ver quienes eran los asistentes, por si conocía a alguno. Al mirar en la lista de los nombres se dio cuenta de que efectivamente iba a tener suerte. Entre los médicos asistentes estaba el doctor Donald Blake, que había ido con él a la universidad, aunque luego sus vidas tomaron caminos separados. Miró el número de habitación en el que estaba y se dirigió hacia allí:

- ¿Quién es? –dijo una voz bastante floja cuando House hizo sonar el timbre.

- Una sorpresa –dijo House, añadiendo en voz baja- y que conste que no soy una tia en pelotas, que igual te gustaría más que yo.

Se abrió la puerta y House vio a un hombre de unos treinta y pocos años, que se apoyaba en un trozo de madera que utilizaba a modo de bastón, debido a la cojera de su pierna.

- ¿Quién es usted?

- Donald, ¿no te acuerdas de mí? Soy Gregory House.

- ¿House? Ese nombre me suena bastante…

- ¡Claro! De la Universidad, íbamos juntos a la misma clase cuando estudiábamos medicina. Lo que pasa que luego elegimos especialidades diferentes y nos distanciamos.

- ¡Es cierto, ahora me acuerdo! Lo que pasa que también me recuerdo que eras bastante gamberro por aquel entonces y viéndote –dijo el Doctor Blake mirando la camiseta con un dibujo infantil y los pantalones tejanos que vestía House- me parece que sigues igual. Pero pasa, pasa, y charlaremos un rato.

House entró en la habitación del Doctor Blake. Estuvieron conversando durante un rato sobre sus recuerdos universitarios, pero principalmente sobre lo que la vida les había deparado para que se diera la casualidad de que ambos eran médicos, y ambos eran cojos. House, poco dado a tratar con la gente, reconoció que el puesto de confianza que tenía para él el Doctor Wilson posiblemente lo hubiera tenido Blake si hubieran continuado juntos. Pero toda la conversación fue animándose mientras que iban bebiendo del minibar que había en la habitación, y claro, llegó un punto en que uno está ya lo suficientemente achispado para decir incoherencias. A House no le importaba, se conocía a si mismo en esas situaciones, pero le sorprendió lo que le dijo Blake:

- ¿Qué tú eres un superhéroe? ¡Vamos, tío, a ti te ha sentado muy mal la bebida!

- Que no, que no, que es verdad. Este bastón mio, que has visto tú que parece un cacho de palo como los que llevaban los profetas bíblicos, es en verdad un objeto mágico. Al golpear con él contra el suelo se convierte en Mjolnir, el martillo del Dios del Trueno Thor. Y yo me convierto en Thor.

- Más vale que te tumbes y te pongas a dormir, yo me voy a mi habitación a hacer lo mismo, y mañana procura que no te afecte mucho la resaca.

- Tienes razón, pero te he dicho la verdad.

Tras decir estas palabras Donald Blake se tumbó en el sofá y empezó a roncar, ya que se había quedado instantáneamente dormido. Profundamente dormido.

House iba a salir por la puerta cuando escuchó un estruendo en el exterior. Al asomarse por la ventana vio a una especie de robot gigante que se dirigía hacía el hotel, destrozando todo lo que había a su paso. House nunca se había sentido un héroe, y tenía muy claro que aquello, fuera lo que fuese, iba a embestir contra el hotel donde estaban todos, provocando una catástrofe. Siendo ya de noche aún muchos estarían dormidos y otros (como Blake) estarían tan dormidos que no se enterarían de nada. ¿Qué hacer?

Entonces se acordó de las divagaciones de borracho de Blake. Todo eso del martillo de Thor y esas chuminadas. Pero... ¿y si fuera cierto? House cogió el trozó de madera, que verdaderamente parecía más el bastón de un profeta bíblico que el de un doctor del siglo XXI y lo golpeó contra el suelo. No ocurrió nada en un primer momento.

- ¡Mira que soy idiota! ¿Cómo he podido creerme esas tonterías de borracho?

De pronto un brillo cegador le impidió ver nada más. Cuando la fuerte luz fue menguando, vio que lo que tenía en la mano ya no era un trozo de madera, sino un impresionante martillo de considerables proporciones. Entonces se percató de que él también había cambiado. Pese a seguir teniendo el mismo rostro y el mismo cuerpo, ahora tenía un aspecto como el de Schwarzennegger (es decir, fuerte y musculoso), no cojeaba, y encima estaba vestido con una indumentaria como la de un vikingo.

- ¡Vaya! Mira tú por donde que Donald me decía la verdad.

Un nuevo estruendo desde el exterior rompió sus pensamientos acerca de su nuevo aspecto. Mucha gente en el hotel ya se había despertado y se oían voces por los pasillos, pero House sabía que no llegarían todos a tiempo de escapar. Pero, ¿cómo se supone que funcionaban esos poderes?

Abrió la ventana de la habitación y se tiró por ella. Había leído cómics de Superman y pensó que probablemente saldría volando, pero no fue así porque cayó pesadamente hasta el suelo. Lógicamente habría muerto de ser un hombre normal, pero ser Thor le dio la resistencia suficiente para que no le pasara nada. Aún así la caída le hizo exclamar:

- ¿Porqué no ha funcionado? ¿No se supone que todos los superhéroes vuelan?

- Tienes que usar el martillo.

- ¿Quién ha dicho eso?

- Soy el espíritu de Asgard, tu tierra natal. Thor vuela volteando y lanzando a Mjolnir.

- ¡Bueno, lo que faltaba! Sólo unas copas de mas y ahora tengo alucinaciones como si me hubiera fumado un porro. Yo lo flipo...

El robot gigante estaba cada vez más cerca, y ya en el exterior, House (como Thor) pensó que le lanzaría el martillo a ver si con eso lo detenía. La impresionante maza salió volando e impactó contra el robot, tumbándolo, pero como si se tratara de un boomerang, volvió otra vez hacia House:

- ¡Ala, ¿pero que hace el martillo?! ¿Está volviendo solo? ¡¿Y ahora como lo paro?!

Como si se tratara de un jugador de rugby parando un balón, House paró el martillo que se dirigía hacia él agarrándolo con las manos contra su pecho, lo cual no evitó que debido al impacto se cayera nuevamente de espaldas:

- ¡Por Dios, debo de ser el superhéroe más patético que se ha visto nunca! Menos mal que creo que no me ha visto nadie.

House había dejado el martillo de Thor sobre el suelo mientras él se ponía de pie y miraba hacia donde estaba tumbado ahora el robot gigante, aparentemente inmóvil y sin representar un peligro. Eso provocó que pasaran más de sesenta segundos, el tiempo tras el cual (si el martillo no está en las manos de Thor) este vuelve a transformarse en un simple trozo de madera, y su poseedor en un simple mortal. Cuando House vio que volvía a ser él y no una especie de variante vikinga, cogió el trozo de madera del suelo y se dirigió de nuevo a la habitación de Blake.

Pero como ésta estaba cerrada con llave (ya que House había salido por la ventana cuando se transformó en Thor) y Blake estaba lo suficientemente borracho como para no enterarse del timbre de la puerta, volvió a su habitación y se propuso devolvérselo al día siguiente. Por el camino se enteró de que el robot parecía ser que era un ataque suicida que habian emprendido el movimiento revolucionario contrario al dirigente del país (un tal Doctor Muerte, ¡anda, que vaya nombrecito tenía ese también! –pensó House). Parece ser que pensaban que el tal Muerte estaría en el hotel, y esperaban destruirlo, a él y a todos los que se encontraran por el camino, pero el robot había sido destruido por las tropas del país sin ningún percance para el hotel y la gente que había dentro (¡vaya morro, si había sido él de un súper martillazo que había tumbado al robot! Pero pensó que más le valía callarse...). Al llegar a su habitación dejó el bastón de Blake a un lado y se tumbó en la cama, quedándose dormido rapidamente.

La puerta del consultorio se abrió de golpe, despertando al Doctor House, que estaba durmiendo en su silla y con los pies sobre la mesa:

- ¡Vaya, por fin te encuentro! –dijo el Doctor Wilson- ¿Tú ya sabes que ahora tendrías que estar pasando consulta?

- ¿Cómo? –dijo House un poco sorprendido, ya que todo aquello le sonaba bastante.

El Doctor Wilson miró hacía los cómics que estaban sobre la mesa y caídos por el suelo:

- House, ¿no me digas que te has quedado dormido después de leerte todos esos cómics? ¿Qué has soñado? ¿Que eras Superman?

- Bueno, casi, casi –dijo House.

En ese momento entró la Doctora Lisa Cuddy:

- House, tengo que hablar contigo, a mi despacho.

- No me digas que me tengo que ir de viaje.

- Pues si, ¿cómo lo has sabido?

- Intuición, querida Lisa, intuición...

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #110 en: 19 Octubre, 2006, 17:38:54 pm »
 :lol: :lol: :lol: Muy bueno Chacal, me ha gustado mucho tu relato  :thumbup:.

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #111 en: 19 Octubre, 2006, 17:44:18 pm »
humm la idea es buena pero hay algunas cosas de house que no me han gustado...(y lo siento por ser tan quejica)
house nunca llama a cuddy lisa(que yo recuerde)
la historia si tiene que ser un guion tendria que ser en presente
y el caracter de house en general no me convenze
 :yupi: pero por lo demas es muy bueno!
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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #112 en: 19 Octubre, 2006, 17:52:31 pm »

y el caracter de house en general no me convenze


Pues es una de las cosas que alza a la serie  :ciclope:


Meses sin que mi firma se viera y yo sin saberlo xD

Chacal

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #113 en: 19 Octubre, 2006, 18:03:34 pm »

y el caracter de house en general no me convenze


Pues es una de las cosas que alza a la serie  :ciclope:

Ya, pero igual se refiere al caracter que le he dado yo en mi historia.

De todas maneras me alegro de que (moderadamente) os haya gustado. :amor:

Chacal

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Mi nombre es Chacal (capítulo 1)
« Respuesta #114 en: 19 Octubre, 2006, 18:13:52 pm »
El siguiente relato, también publicado originariamente en mi blog, lo cree totalmente inventado por mi aunque con clarísimas referencias, algunas a Marvel (el nombre del protagonista, Michael Warren, sería una variación del Miles Warren de Spiderman, mientras que sus "habilidades" recordarian a las de cierta mutante). Cuando me anime tengo previsto continuarlo, veremos...(Nota: está en dos partes porque este foro no me permite pegarlo entero)

Relato: MI NOMBRE ES CHACAL

Me llamo Michael Warren, pero podéis llamarme Chacal. ¿Por qué este apodo? Os contaré como era y en lo que me he convertido.

Aunque ahora mismo no lo parezca, hubo una época en la que era una persona feliz. Tenía un trabajo que me gustaba, una novia realmente preciosa y un futuro prometedor frente a mí. ¿Qué cual era mi profesión? Dermatólogo.

Muchos os sorprenderéis ante esta profesión y que el destino me deparara lo que me deparó. Yo trabajaba en un laboratorio científico, ya que buscaba un remedio para regenerar la piel de la gente que hubiera tenido accidentes (por quemaduras, etc.) que les hubieran dejado desfigurados. Junto con la piel buscaba la regeneración celular, pero aunque lo mejor es utilizar células madre, llegó un punto en el que me encontraba en la disyuntiva de si seguir mis investigaciones saltándome todos los márgenes, o de si plantarme un punto ético sobre el cual no traspasar el límite. Al final opté por que si iba a ayudar a la humanidad con lo que descubriera, unos límites éticos no tenían porque pararme.

Cuando empecé a cruzar el límite y hacer pruebas que no hubieran sido muy bien vistas por ciertos sectores religiosos ultraconservadores, fue cuando descubrí por fin lo que pretendía. Al hacer una mezcla química entre células biológicas y otras sintéticas descubrí lo que yo bauticé como el Dermaplex. Se trataba de una sustancia líquida de consistencia densa y de color parecido al de la piel humana. Al principio no sabía si funcionaría o no, pero hice una prueba con animales de laboratorio que dio resultados positivos. Lo que pasa que no sabía si funcionaría con el cuerpo humano.

Entonces es cuando llegamos a la noche fatídica, la noche en que me morí tal y como era antes.

Todo comenzó hacia media tarde, cuando Jane, mi novia, vino a verme para darme una sorpresa. Yo no me la esperaba, y como estábamos solos en el laboratorio le dije que esperara un momento que iba a recoger, cerraba y nos íbamos. En ese momento escuchamos un gran estruendo que venía del exterior. Al asomarme por la ventana ví un vehículo que había frenado bruscamente y del que se estaban bajando dos hombres que llevaban a un tercero (que parecía herido) a hombros, mientras que otros dos hombres más guardaban a los tres primeros con pistolas en sus manos.

- Michael –me dijo Jane- Será mejor que nos vayamos ahora mismo porque no me dan muy buena pinta esos tipos.

Le hice caso y cerré el laboratorio, pero cuando íbamos a salir nos los cruzamos en la entrada. A Joe, el guardia de seguridad, le estaban apuntando a la cabeza.

- ¡Quieto amigo, de aquí no va a salir nadie!

- ¿Qué significa esto?

- Muy sencillo –dijo otro de los matones- nuestro jefe está herido, y como no podemos llegar a nuestro destino con él así, por eso hemos parado en este laboratorio farmacéutico. Supongo que algún médico habrá que lo pueda curar. Una vez que lo haga nos largaremos sin problemas.

Miré al hombre herido. Estaba sangrando por el brazo derecho, la mano del cual la tenía quemada como si le hubiese estallado el arma que llevaba. Efectivamente era eso lo que había pasado:

- Nos hemos visto inmersos en un tiroteo y a John le dispararon con tal mala fortuna que le dieron al arma que llevaba encima y esta le explotó, quemándole la mano e hiriéndole en el hombro.

Uno de los matones se había acercado a Jane y agarrándola con firmeza, le apuntaba con un arma en la sien:

- ¡Michael!

- Tranquila cariño, todo saldrá bien.

- Si Michael, todo saldrá bien porque tu vas a curar a John, ¿verdad?

- Lo intentaré.

- No, lo intentaré no. Lo harás. ¿Por qué sabes que le pasará a tu preciosidad de novia como no lo hagas?

- ¡Por favor, haré lo que sea pero no le hagas daño, te lo suplico!

- Bien, pues actúa.

Subimos nuevamente al laboratorio. Allí curé de la mejor manera que pude la herida del hombro, pero era lo de la mano (realmente en muy mal estado) lo que me preocupaba, ya que la quemadura parecía haber sido tan profunda que afectaba a los nervios y por eso el tal John estaba desmayado, ya que el dolor tenía que ser inaguantable. Entonces fue cuando pensé que tenía una oportunidad para utilizar el Dermaplex.

- Escuchadme, vuestro compañero tiene la mano en muy mal estado. Lo mejor que se podría hacer en este caso (y eso os lo diría cualquier médico) sería que hay que amputársela. Pero yo tengo un producto en fase experimental que puede regenerársela y dejarlo como estaba.

- ¿Estas seguro doctorcillo? Ya sabes lo que te juegas como salga mal...

- Si sale bien él tendrá de nuevo una mano y si sale mal lo único que puede pasar es que la pierda y eso os juro por Dios que es lo mejor en el peor de los casos.

- Bien, pues actúa.

Me fui a la cisterna donde teníamos el Dermaplex y saqué un cuarto de litro en un bol que acerqué al herido. Introduje la mano quemada dentro del líquido de mi creación y esperamos.

La mezcla hizo efecto en pocos minutos. El líquido fue desapareciendo mientras envolvía la mano del enfermo, creando delante de nosotros una nueva extremidad, totalmente sana. Sólo unos pocos restos de Dermaplex quedaron en el fondo del bol cuando retiró la mano, totalmente regenerada. Los esbirros del hombre herido miraron asombrados pero contentos... o al menos eso me parecía.

- Su amigo ya está bien, ahora pueden irse sin problemas.

- No, pero es que tenemos un problema, y es que nos hayas visto la cara. ¡Jim!

El tal Jim, que era quien estaba apuntando a Joe, el guardia de seguridad, disparó y lo mató delante de nosotros.

- ¡NO! –chilló Jane.

- Silencio zorra.

- ¡SOIS UNOS ASESINOS!

- Ya lo sabemos, zorra, cállate de una puta vez o te reviento delante del cabrón de tu novio.

- ¡Por favor, por favor, por favor, no nos hagan nada, no se preocupen por nosotros que no diremos nada, no les delataremos!

- Exacto, es que sé que no lo vais a hacer –y diciendo estas palabras se giró y le descerrajó dos tiros en la cabeza a Jane, matándola en el acto.

- ¡NO, HIJOS DE PUTA!

- Con que esas tenemos, ¿eh?

BANG

(sigue abajo)
« última modificación: 19 Octubre, 2006, 18:15:34 pm por Chacal »

Chacal

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Re: Mi nombre es Chacal (capítulo 2)
« Respuesta #115 en: 19 Octubre, 2006, 18:14:42 pm »
Un disparo me dio en la cabeza, matándome, o al menos eso creía yo. Estaba con los ojos abiertos pero tendido en el suelo, sin posibilidad de mover ni un solo músculo de mi cuerpo. Entonces los seguí escuchando:

- Larguémonos, pero antes hay que borrar las huellas.

- Quémalo todo, pirómano.

- Bien, pensé que ya no iba a poder quemar más cosas.

Oí pasos que se alejaban pero uno de ellos continuaba por aquí. Tras cinco minutos se acercó a mí y me dijo:

- Me encanta quemar cosas. Este será un bonito lugar para destruir. Espero que estés contento de la tumba que tu y tu amiguita vais a tener. – y tras estas palabras se largó.

Escuché un chisporroteo tras lo cual noté calor, proveniente de un pequeño incendio en la sala de experimentación del laboratorio. El incendio se propagó rapidamente y lo consumía todo. Cuando me llegó a mí noté que el fuego consumía mi cuerpo, aunque no notaba ninguna sensación de dolor ni nada parecido. Estaba a punto de perder la conciencia (y pensaba yo que de morirme del todo) cuando la cisterna de Dermaplex se derramó sobre mí, al igual que todo el resto de productos químicos que había allí cerca. Tras aquello ya no ví nada, aunque sentí una gran explosión que lanzó mi cuerpo a las alturas, hasta caer en un río cercano que me arrastró...

¿Llegué a morir? No lo sé. La cuestión es que al cabo de un tiempo desperté en la orilla del río. Al parecer la corriente me había llevado hasta las afueras de la ciudad. Estaba un poco confuso al despertar pero rapidamente me acordé de todo y me miré el cuerpo.

Estaba sin ninguna herida.

¡Asombroso! Yo había sentido como me disparaba a la cabeza, como mi cuerpo se quemaba y como la explosión me disparaba fuera del laboratorio, y aún así parecía estar sin ningún tipo de herida. Pero tenía que volver a la ciudad para contar lo que había pasado. Ví una granja cercana y decidí acercarme para solicitar ayuda desde allí (y para pedir si me daban algo para vestirme, ya que la ropa que llevaba encima eran harapos requemados y sucios que apenas me cubrían mi cuerpo semidesnudo).

Piqué a la puerta de la granja y salió a recibirme un hombre de aproximadamente mi edad. Me miró a la cara y me preguntó quien era:

- Me llamo Michael Warren. He sido víctima de un ataque en la ciudad, caí al río desmayado y he aparecido aquí –decidí que esa sería, de momento, mi versión de los hechos, mientras se lo decía al granjero.

- Pero... pero... pero... ¡Si usted es como yo!

- ¿Qué?

- ¿Quién es usted realmente?

- Ya se lo he dicho, me llamo...

- Y una mierda, usted es mi hermano gemelo, ¿es que no lo ve?

- No me he visto la cara en ningún espejo.

El granjero abrió un cajón, sacó un espejo y me lo lanzó en la distancia, como si tuviera miedo de acercarse a mí por si era algún tipo de psicópata o algo así. Lo cogí al vuelo y me miré en él.

Ví reflejado al granjero. Pero no a él (que estaba frente a mí), sino que yo mismo ya no era como era antes, era físicamente idéntico a ese hombre.

- ¡Dios mio!

- Tenga, le daré ropa para que se vista si quiere, pero será mejor que salga de aquí.

Me vestí con las prendas que me dio el granjero, aún sorprendido de que mi rostro, de que todo mi cuerpo, fuera ahora casi clónico al de aquel hombre al que jamás había visto hasta aquel momento. Cuando ya me iba me fijé en la televisión del granjero, que había estado encendida todo ese rato. En ese momento estaban dando las noticias y salía el Presidente de los Estados Unidos en unas declaraciones que había hecho por no sé que asunto del que ahora no me acuerdo. Pero eso no importa, porque el granjero me miró y me dijo:

- ¿Qué clase de monstruo es usted? Lárguese antes de que llame a la policía.

Me miré al espejo que me había lanzado antes el granjero, que lo había tenido en mi poder durante todo el rato. Ahora yo era como el Presidente de los USA.

Asombrado y atónito salí al exterior corriendo, perdiéndome en el cercano bosque. Tras una carrera desesperada hasta caer exhausto, me senté bajo un árbol y me miré al espejo. Seguía siendo la viva imagen del Presidente norteamericano. Pensé entonces en mi propia imagen, en tal y como yo me recordaba, y lo hice sin soltar en ningún momento el espejo, dispuesto a ver con mis propios ojos que me pasaba.

Apenas fueron un segundo o dos, más no. Y es curioso porque no sentí nada, ni dolor ni absolutamente nada de nada. Pero ví como toda mi cara (y, lógicamente, también el resto de mi cuerpo) cambiaban hasta volver a tener mi aspecto original. Entonces me acordé de Jane... y me transformé en ella:

- ¡Esto es asombroso! –y al instante me llevé las manos a la boca porque la frase la había dicho CON LA MISMA VOZ de Jane. Y todo mi cuerpo había cambiado hasta convertirse en un clon exacto del de Jane. Os lo aseguro.

Recuperando otra vez mi aspecto original decidí volver a la ciudad a la mayor brevedad posible, ya que iba a ir a por los malvados que habían acabado con Jane. Ahora tenía muy claro que con estas nuevas habilidades que tenía, cazarlos y castigarlos era algo que podía realizar yo sólo. Pero tenía que ir con cuidado, ya que la mezcla de productos químicos y Dermaplex sobre mi organismo había creado una reacción química que me había transformado en un ser humano metamórfico, es decir, capaz de adoptar el aspecto IDÉNTICO de cualquier otro ser humano, fuera hombre o mujer. Pero aparte de esa capacidad no sabía yo que otras cosas me habian pasado, o incluso de si esta sería temporal o permanente.

Cuando entré en la ciudad me dirigí hacía mi casa, para investigarme un poco más a mí mismo antes de decidir exactamente lo que hacer. Las casualidades de la vida (ya que sólo se pueden denominar así) me hicieron cruzarme con uno de los asesinos de Jane.

Este me miró asombrado, pero yo pasé por su lado sin darle mayor importancia (después de todo estaba la calle llena de gente) pero sabiendo que él me había visto, me dirigí a un cercano callejón donde no había nadie. Agachándome como si me estuviera atando el cordón de los zapatos, sentí en poco rato como me empujaba y tiraba al suelo, apuntándome con un arma y diciendo en tono semisusurrador:

- ¿Cómo coño estas vivo? ¿De donde apareces? Te pegamos un tiro, te quemamos e hicimos explotar el laboratorio donde estabas.

- Ya lo sé, mira lo que me habéis hecho, cabrones –y diciendo esto me transformé en él. Asombrado ante el hecho de tener delante suyo a una persona que era como él tuvo un momento de duda que aproveché para golpearle y hacerle soltar el arma. Pero tipos así raramente van con tan poca cosa, y sacó una navaja que me clavó en el costado:

- Ahora te vas a morir y permanecerás muerto, ¿entendido? –y mientras decía eso clavaba bien hasta el fondo la navaja en mi cuerpo, mientras que con la mano libre me agarraba del cuello e intentaba estrangularme. Yo estiré la mano y fui a parar a un ladrillo cercano que cogí y estrellé contra su cabeza con todas mis fuerzas. Loco de furia e ira me puse sobre él y le machaqué el ladrillo contra la cabeza una y otra vez hasta que lo único que quedó en mis manos fue polvo y sangre.

Estaba muerto. Acababa de cometer un asesinato. Es verdad que había sido en defensa propia y en venganza, pero yo jamás pensé que mataría a nadie en mi vida, sobretodo cuando siempre había buscado algo con lo que ayudar a la humanidad.

Pero ahora tenía que preocuparme por mí. Estaba herido, con lo cual me saqué la navaja de mi costado, y ahí fue cuando descubrí mi otra habilidad. Pensando que probablemente me desangraría antes de llegar a cualquier sitio minimamente parecido a un hospital o algo así donde pudieran ayudarme, no me di cuenta que la herida había cicatrizado sola hasta desaparecer como si nunca hubiera existido. Cuando me percaté de ello me di cuenta que eso significaba que la mezcla de Dermaplex con todos los productos que se derramaron y explotaron en el laboratorio había creado un nuevo producto que se había unido a mi cuerpo (si no hubiera sido por él estaría ahora bien muerto) y que me confería capacidades metamórficas ilimitadas y regeneración celular antes las heridas.

Como aún tenía el aspecto del hombre al que acababa de matar, decidí quedarme con él para llegar a los otros, máxime cuando el cadáver que yacía a mis pies estaba lo suficientemente desfigurado como para que en principio no lo reconociera nadie. Tras lo que había hecho sabía que no había vuelta atrás, con lo cual Michael Warren estaba a todos los efectos muerto. Ahora podía ser quien quisiera y hacer lo que quisiera. Y estaba decidido a que mi primer objetivo iba a ser la venganza de mi propia muerte.

Al tener el aspecto de uno de mis asesinos, me di cuenta que el tipo era un matón de baja estofa, porque al irme a los barrios peligrosos de la ciudad me percaté de que todo el mundo lo miraba con temor, pero sólo los vagabundos, los mendigos o los pobres, porque a la que me crucé con otro delincuente de su mismo estilo (uno de la banda) escuché:

- ¡Eh, Jimbo! ¿Dónde coño te metes? ¿Es que no sabes que el jefe nos convocó a una reunión? Venga vamos...

Me dejé llevar por aquel individuo (uno de los presentes en la noche fatídica de mi muerte, aunque este no hizo nada), con la esperanza de que ese jefe al que me había nombrado fuera el mismo al que yo curé con el Dermaplex. Efectivamente así era, porque llegamos al poco rato a un pequeño almacén, y al entrar me encontré con el mismo individuo al que yo había visto herido, que ahora se encontraba estupendamente. Junto a él estaban los otros dos secuaces que le acompañaron la noche fatídica que acabó conmigo y con Jane, más ahora el tipo que me acompañaba y yo. Tenía a la banda al completo.

- Jimbo, ¿tú eres idiota? Después de nuestro atraco del otro día y de la explosión del laboratorio farmacéutico, no podemos permitirnos pasear por la calle, alguien nos puede reconocer. Vamos a hacer la repartición del botín ahora mismo y que cada uno se largue y desaparezca del mapa durante una buena temporada.

- ¿Cuánto conseguimos? –pregunté de manera suave.

El jefe del grupo me miró extrañado pero me contestó:

- 10 millones que tengo en ese maletín. Ahora mismo repartiremos dos millones para cada uno y nos largaremos.

Mi interior rabiaba de odio, los tenía tan cerca de mí que quería matarlos a todos. Pero tenía que actuar fríamente, se me tenía que ocurrir algo. Entonces fue cuando casi providencialmente uno de ellos dijo:

- ¿Y las armas que utilizamos en el atraco? Tendremos que deshacernos de ellas...

- Exacto –dijo el jefe- Estan en esta bolsa de viaje –y diciendo eso puso sobre la mesa una bolsa como de deporte de color rojo- ¿Algún voluntario?

- Yo –dije.

- ¿Tú? ¿Y como piensas deshacerte de ellas? –me contestó el jefe.

- Tiraré la bolsa al río. El peso la hundirá al fondo.

- ¿Os parece bien al resto? –preguntó el jefe.

- Por mi vale.

- Sí.

- Me parece bien.

- Sólo una cosa, ¿las armas estan cargadas? –pregunté.

- En algunas creo que quedan balas, sácalas si quieres.

Tiré de la cremallera y abrí la bolsa. Ante mí tenía un pequeño arsenal compuesto por tres pistolas, dos ametralladoras y una escopeta. Nunca había tenido en mis manos un arma de fuego, pero me acordé de un amigo soldado que tuve (que murió en una reciente guerra) que me explicó un día, así por encima, el funcionamiento básico de una ametralladora, y me di cuenta de que era el mismo modelo que estas que tenía frente a mí. Miré el cargador y ví que le quedaban al menos 50 proyectiles a cada una...

Los otros cuatro tipos estaban repartiéndose el dinero mientras yo miraba las armas, con lo cual habian dejado de prestarme atención. Me giré hacia ellos con una ametralladora en cada mano:

- Disculpad pero tengo algo que decir.

Todos me miraron asombrados. Parece ser que el tal Jimbo era algo así como el tonto del grupo, y les sorprendió ver que tuviera una actitud así:

- ¡Pero tío, que te pasa! ¿No me dirás que quieres quedarte con todo el dinero? ¿Adónde iras?

Me transformé en Michael Warren, lo cual les dejó atónitos:

- ¿Pero que coño eres tú?

Me fijé en unas cajas que había en el almacén con un chacal pintado en los laterales, y sólo se me ocurrió decir:

- Soy el Chacal, y esta es mi venganza.

Disparé sin compasión sobre ellos. Los 100 cartuchos de las ametralladoras los gasté, y por si aún había alguno que estuviera medio vivo, cogí el resto de armas y también las descargué sobre ellos. Con todos ya muertos cogí el maletín con los 10 millones y me escabullí antes de que apareciera la policía, probablemente alertada por el ruido de los disparos.

Mientras caminaba por la calle, alejándome del lugar, pensé en mi futuro. No podía volver a aparecer como Michael Warren porque investigarían sobre lo que me había pasado y no tenía ganas de que nadie me controlara y me investigara como un conejillo de Indias, sobretodo con las capacidades extraordinarias que tenía yo ahora. Además, no podía esconder los asesinatos que había cometido si decía que Michael Warren estaba vivo, a lo que se sumaba el hecho de que todo mi futuro de mi anterior vida se había esfumado con la destrucción de mi trabajo y la muerte de mi novia.

Por eso mismo lo que se cernía sobre mí era un nuevo futuro. A partir de ahora sería quien quisiera ser y haría lo que quisiera hacer. Y si había acabado con los delincuentes que me habian hecho eso a mí, ¿qué me impedía ayudar a la gente que se viera en problemas por culpa de gentuza como la que acababa de matar? Me prepararía y sería un vengador en la sombra, alguien que haría el trabajo sucio sin dejar pistas ni huellas, porque yo estaría siempre al acecho, yo sería todos y no sería nadie. Y a partir de ahora mi nombre clave sería Chacal.

Chacal

  • Visitante
Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #116 en: 20 Octubre, 2006, 10:19:57 am »
Otra de mis fan-fictions de hace tiempo, que recupero para este tema:

Relato: WHAT IF BAD SPIDERMAN

- Pase por aquí.

El guardia le indicó a Matt Murdock el camino hacia las celdas. De todas maneras, aunque Matt Murdock era ciego, sus sentidos aumentados le hubieran hecho encontrar el camino sin demasiados problemas, de todas las veces que había tenido que ir a esas celdas a entrevistar a acusados a los que tenía que defender. Cuando llegaron frente a la puerta número 12 el guardia abrió la puerta y le hizo entrar.

La celda donde entró Matt era grande, y estaba dividida en dos partes, una (donde estaba él) tenía una silla para que se sentara una persona. En medio de la estancia había un gran cristal que separaba un lado de la habitación del otro. Pese a que el cristal de seguridad era bastante ancho, Matt pudo notar los latidos de la persona que estaba al otro lado. Eran latidos tranquilos...

- Buenos días, soy Matt Murdock. Voy a ser su abogado defensor en la causa criminal abierta contra usted, y he venido para que me relate su historia de cara a poder preparar yo su defensa.

Un silencio se levantó en la estancia. La respuesta no fue inmediata, pero aún así (cuando llegó) Matt dio un pequeño respingo al romperse el silencio de la estancia de una manera tan notoria:

- Muy bien abogado. Creo que ya va siendo hora de que se conozca la historia. ¿Por donde quiere que empiece?

- ¿Qué tal por el principio? Cuente lo de sus tíos.

- Yo fui huérfano. Mis padres murieron y mis tíos (Ben y May Parker) cuidaron de mí. Todo iba bien, hasta que un día, en una exposición a la que acudí con mis compañeros de clase, me picó una araña. El bicho se ve que había tenido una dosis de radiación por encima de la normal, y eso (no sé por qué motivo) me concedió los poderes de Spiderman.

- ¿Y porqué no dijistes lo que te había pasado a tus tíos?

- Siempre fui una persona muy tímida. Eso me provocó numerosos problemas en mi relación con los demás. Yo quería ser una persona normal, pero mis compañeros de clase no hacían nada más que humillarme, una y otra vez. Todo el mundo se cachondeaba del estúpido Peter Parker. Y mira que yo me esforzaba por ser buena persona. Pero no había manera... Por eso, cuando obtuve esos poderes, me di cuenta de que con ellos podía conseguir lo que nunca había conseguido. Pero no quería decirlo a nadie. Si la gente pasaba de mí, yo pasaría de ellos. Por eso tampoco se lo dije a mis tíos. Eran buenas personas, pero se empecinaban en que me relacionara con la gente, y como la gente no hacía más que humillarme, su interés por mis relaciones sociales lo que me provocaba era mi odio hacia los demás. Aún así los quise ayudar por todos los esfuerzos que hicieron por mí, y por eso al principio Spiderman fue un showman de televisión como usted ya sabe.

- Y fue poco después cuando ocurrió lo de sus tíos...

- Si. Un ladrón entró a robar a nuestra casa. Yo aquel día no estaba, pero lo que pasó se ve que fue que el ladrón hizo más ruido de lo que pretendía, y entonces bajó mi tío Ben para ver que pasaba. El pobre recibió un balazo que lo mató. Mi tía chilló, y eso alertó al ladrón, que para no dejar testigos subió hasta donde estaba y también la mató de otro disparo. El estruendo alertó a los vecinos y llegó la policía, quien persiguió al ladrón hasta un almacén cercano, donde los cercaron. Ahí fue donde entré yo, que al enterarme de lo que había pasado me disfracé de Spiderman y atrapé al ladrón.

- Y lo matastes...

- Si. El odio me consumió, y le golpeé salvajemente hasta que paré al darme cuenta de que era un muerto lo que tenía en mis manos. Tras eso huí.
Después de aquello no sabía si seguir siendo Spiderman o no. Me había quedado huérfano y tenía problemas más acuciantes como el monetario. Por eso Spiderman empezó a realizar pequeños hurtos...

- En ese momento fue cuando empezó la campaña anti-Spiderman por parte del “Daily Bugle”.

- Si. Jameson acababa de perder a su hijo, que murió al ocurrir un error en la lanzadera espacial en la que iba y explotar en la atmósfera. Eso lo provocó un odio irracional contra Spiderman, porque consideraba que si su hijo (según él un verdadero héroe) no tuvo el trato que se merecía, no era justo que un criminal como Spiderman si lo tuviera.

- Le distes motivos para ello...

- La gente me odiaba. Siempre me habían humillado. Era el hazmerreír de todo el mundo. ¿Porqué no podía tener yo algún beneficio a cambio? Cómo era huérfano el estado me dio un tutor legal que me ayudase en mis estudios y me cuidara...

- Si, el doctor Curtis Connors.-interrumpió Matt Murdock.

- Exacto, el bueno de Curtis. Bueno, como decía, estuve viviendo con Curtis Connors, su mujer y su hijo. Mientras, seguía estudiando y empecé a trabajar en el laboratorio de Doc Connors. Pero el pequeño sueldo que me daba no llegaba para mucho, y por eso Spiderman siguió robando cada vez que Peter Parker necesitaba dinero

- ¿Y qué ocurrió con la familia de Connors?

- Un día, cuando volvía de robar, me pillaron sacándome la máscara tanto Martha como Billy. Se quedaron asombrados, pero yo no les di tiempo para más. No podía tener testigos, o se descubriría la verdad. Los maté a los dos y me deshice de los cuerpos.

A Matt Murdock le asombró que aquel joven hubiera confesado ya tres asesinatos y varios robos, y pese a todo hablara con la calma y tranquilidad con la que lo estaba haciendo. Valoró entonces que quizás esa frialdad escondía una gran inteligencia, una gran inteligencia que había seguido el mal camino...

- Después de matar a su mujer y a su hijo Curtis Connors tuvo una gran depresión. Eso quizás provocó el accidente de laboratorio que lo convirtió en el Lagarto. La cuestión es que dejó de ser mi tutor porque aparte de que ya no estaba capacitado, yo ya era mayor de edad, y me fui a vivir a un piso junto con Harry Osborn.

- ¿Cuál fue su relación con los Osborn?

- Padre e hijo estaban como una puta cabra los dos. Más claro no se lo puedo decir. Lo que pasa que he de reconocer que el padre era listo, muy listo, porque tenía una doble vida como la mía que jamás le hizo levantar sospechas entre el público. Todo empezó cuando un día iba yo balanceándome por la ciudad, sin un objetivo principal, cuando veo cerca a un tío con un disfraz verde. Era el loco de Osborn, en su personalidad de Duende Verde. Al principio no conseguí saber quien era, aunque él rápidamente quiso aliarse conmigo, porque dijo que entre los dos podíamos dominar la ciudad.

- Spiderman siempre fue un solitario –dijo Murdock.

- ¿Qué necesidad tenía yo de unirme a perdedores como el Doctor Octopus, el Buitre, el Rino o Electro? La prueba está en todas las veces que han estado esos en prisión, atrapados por alguno de los héroes que pululan por esta ciudad, mientras que yo siempre he conseguido eludir a la justicia. Y eso pese a que he tenido detrás de mí a gente como Daredevil.

Eso era cierto. Matt Murdock como Daredevil había intentado varias veces atrapar y detener tanto a Spiderman como a Punisher, pero siempre se le habían escapado. Sólo una vez consiguió meter entre rejas a Frank Castle, pero de poco sirvió porque escapó al poco tiempo.

- Poco después me di cuenta de que me estaba enamorando de Gwen Stacy, una compañera de estudios. Era la chica más bonita que había conocido nunca, la deseaba como jamás he deseado nada en toda mi vida. Pero ella se hizo novia de Harry Osborn. Yo estaba loco de celos pensando que mi compañero de piso se podía beneficiar a la chica de mis sueños. Aquello no podía ser, tenía que ser mía. Por eso un día le confesé mis sentimientos, ya que si hubiera aceptado, yo hubiera cambiado y hubiera dejado de ser Spiderman. Pero ella me dijo que amaba a Harry, y que se casaría con él. Que a mí sólo me apreciaba como a un amigo... No podía aceptar aquello, y menos cuando pocos días antes por fin había descubierto que Norman Osborn era el Duende Verde. ¿Cómo podía querer casarse con el hijo de ese chalado?

- Pero Norman también averiguó quien eras tú.

- Sí, y ese fue mi principal problema. Tras la negativa de Gwen, decidí entonces que sería mía, de una manera u otra. Por eso aquella noche, disfrazado de Spiderman, entré en su casa, la secuestré, me la llevé a un edificio abandonado y la violé. Tras aquello Gwen le contó a Harry lo que le había hecho Spiderman, y éste a su vez se lo contó a su padre. Osborn entonces secuestró a Gwen como Duende Verde y la llevó a la cima del Puente de Brooklyn. Allí me los encontré a los dos. Norman me dijo que no podía soportar la afrenta que había hecho contra su familia, y que iba a acabar conmigo y con mi amante.

- ¿Amante? ¡Pero si la habías violado!

- Si, pero Norman Osborn estaba más loco que una cabra, y para su mente enferma Gwen no había sido violada por Spiderman, sino que ella era su amante a espaldas de su hijo (a quien, por cierto, Norman nunca tuvo mucho aprecio).

- ¿La matastes?

- No. Reconozco que la violé, pero la quería. ¡Sí, no me mire con esa cara, la quería!. Jamás la hubiera matado. Lo que ocurre que ella había oído nuestra conversación, y pensó que tenía que escapar como fuera de dos locos como nosotros. Pero la noche anterior había llovido, las piedras del puente estaba húmedas y resbaló, cayendo al vacío. Intenté salvarla, pero no pude. Odiando a Osborn por lo que me había quitado lo perseguí hasta que lo alcancé y lo maté.

Mientras hablaba de Gwen Stacy, Matt notó como si un halo de humanidad envolviera durante un momento la fría voz de aquel joven. Pero ese halo desapareció, y él continuó.

- Tras eso el padre de Gwen, el capitán retirado de policía George Stacy, decidió descubrir quien era Spiderman, el criminal que le había quitado a su hija, y fue el que más cerca estuvo. De hecho lo supo en un enfrentamiento que tuve con el Doctor Octopus. Octavius quería dar un golpe e intentó convencerme de ir con él, primero por las buenas y luego por las malas. En nuestra lucha cayó una chimenea de donde estábamos combatiendo que aplastó al capitán Stacy.
A partir de ahí ya no encontré ningún motivo para ser un héroe. La vida sólo me había dado palos, primero humillado por mis compañeros de clase, después huérfano por dos veces. Y aunque actué mal, hubiera cambiado por mi amor por Gwen. Pero al perderla, decidí que entonces sería un criminal. Mi especialidad era principalmente ser ladrón de guante blanco, y eso me hizo conocer a Felicia Hardy. Me volví a enamorar, no con una pasión como la que había sentido por Gwen, pero amor al fin y al cabo. Y con Felicia, la Gata Negra, nos convertimos en los mejores ladrones de la historia. Nadie nos podía parar. Éramos felices, nos queríamos.

- Hasta Veneno...

- Exacto, hasta que entró Veneno. Durante las Secret Wars los héroes se trajeron a un simbionte alienígena sin darse cuenta (poseyó a Spiderwoman), y ese simbionte, al llegar a la Tierra, se transformó en Veneno. En uno de nuestros robos nos topamos con él y Felicia... la pobre Felicia... Veneno la mató. La destripó delante de mis ojos. Yo ataqué a aquel monstruo, pero era más fuerte que yo, hasta que luchando, luchando, incendiamos el edificio donde estábamos y me di cuenta del daño que le provocaba el fuego. Con ese factor a mi favor conseguí separar al simbionte del anfitrión, y tras eso maté a Spiderwoman (el anfitrión de Veneno) del odio que sentía por haber asesinado a Felicia momentos antes. Pero el simbionte entonces me poseyó a mí.
Tras eso empezó mi carrera criminal más salvaje: robos, asesinatos y todo tipo de atrocidades; y lógicamente aquello no podía acabar bien. Dejé demasiadas pistas, y al final Reed Richards de los Cuatro Fantásticos me atrapó, al descubrir que los sonidos fuertes también afectaban al simbionte. Lo separó de mi cuerpo, pero me di cuenta de que aquel bicho me había dejado sin poderes, incluso los que yo ya tenía. Fui apresado y ahora me veo aquí, tras descubrirse entonces quien era la persona tras la máscara de Spiderman.

Matt Murdock acabó de escuchar la historia, y tras eso se despidió de Peter Parker y salió al exterior. Al llegar a la calle pensó que en el fondo, muy en el fondo, aquel joven podía haber sido un héroe. Tenía lo necesario para serlo. Pero las circunstancias habían torcido ese camino. Pero seguro que en algún mundo paralelo, Spiderman es un héroe (pensó). Y seguro que uno de los mayores de la Humanidad.

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #117 en: 20 Octubre, 2006, 10:42:11 am »
Chacal, ¡qué "peazo" historias!  :thumbup:.

Chacal

  • Visitante
Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #118 en: 20 Octubre, 2006, 11:40:54 am »
Chacal, ¡qué "peazo" historias!  :thumbup:.

Gracias. Ya iré poniendo cosas por aqui de vez en cuando, tanto si me invento algo nuevo como si recupero alguna de las que ya he hecho hace tiempo. :birra:

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Re: Sacal al guionista que llevais dentro
« Respuesta #119 en: 20 Octubre, 2006, 13:48:43 pm »
Todas son fantásticas, pero me ha gustado especialmente la de Spiderman  :babas:

 

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