Maese espada......Esta obra editada por glenat imagino que algunos la desconoceis o la mayoria o lo que es peor a su autor ?............... yo desde luego despues de ver los comentarios de esta obra me he quedado boquiabierto.....me ha dado un halo nostalgico de aquellos dias......aquellos dias.....en que doy fe de que tuve la suerte de conocer a un compañero asi....y cuando merefiero asi no quiero compararlo con este genio sino de esos que nacen con algo con un don un don muy grande.....mientras estudiaba diseño grafico recuerdo ke en los recreos o tomando cafe en los bares o incluso de botelleo con esos amigos...en fin gente ke dibujaba de maravilla....pero si les decias "dibujadme de cabeza... un burro en escorzo intentando subirse a un coche" ...habia solo una persona en todo el curso que era capaz de dibujar eso.....os puedo asegurar que eso es lo realmente dificil....y desde luego muy de admirar...
.bueno...volviendo al tema.... dejo algunos comentarios de Carlos Gimenez sobre este autor desde luego ponen los pelos de punta:::.
Adolfo Usero y yo hemos compartido obligaciones, deudas, bocadillos, cubatas, amigos y hasta alguna que otra novia de juventud. Yo he visto dibujar a Adolfo Usero en la esquinita de una mesa llena de papeles, sobre una mesilla de noche, sobre el velador de un bar, sobre una maleta de cartón y sobre un tablero de dibujo, el mismo tablero sobre el que dormía por la noche.
Le he visto dibujar enfadado, contento, triste, enamorado, con hambre –no es metáfora-, borracho, con prisas, sin ganas, entusiasmado y sin haber dormido durante tres días.
Le he visto, en según qué momentos, a lo largo de los años, dibujar bien, mal, regular, repugnantemente, muy bien, genial y como Dios.
Porque Adolfo Usero , a veces, dibuja como Dios. Y cuando Adolfo dibuja como Dios no conozco a nadie, ni conozco la obra de nadie, que se le pueda comparar. Y lo digo completamente en serio.
Suelo decirlo con frecuencia, y hoy tengo la oportunidad y la satisfacción de dejarlo aquí escrito: Adolfo Usero es, en mi opinión, uno de los dibujantes españoles más fabulosos que ha dado este difícil arte. No digo de los diez mejores, ni de los cinco más importantes. De tener que precisar diría de los dos, de los dos dibujantes con más talento y facultades que ha producido este país, que -dicho sea de paso- ha dado muchísimos buenos dibujantes. Nunca me atrevo a decir quien, en mi opinión, es el otro para no dejar a nadie fuera del sorteo.
Recuerdo que, recién llegados los dos a Barcelona, allá por los años sesenta,bebiendo el viento de los veintitantos años recuerdo, digo, que Adolfo y yo formábamos parte del grupo de los dibujantes modestos, los que estábamos empezando, los que hacíamos los trabajos peor pagados, que, paradójicamente, eran los más complicados de dibujar. Aquellas series llamadas de sindicación –oeste, caballos, indios, diligencias...- o los encargos para Francia –guerra, japoneses, carros de combate, aviones, jeeps... Era curioso ver cómo los dibujantes del estudio, incluidos los ilustradores, todos ellos grandísimos profesionales y reconocidos artistas, se acercaban en algún momento a la mesa de Adolfo para que éste les solucionara esa mano que a ellos no les salía, ese tigre que ellos no terminaban de saber dibujar o ese pie que ya habían intentado hacer veinte veces y cada vez les quedaba peor.
Y Adolfo , siempre generoso, con la sencillez y la facilidad con que el maestro de escuela corrige las cuentas de los alumnos, les dibujaba la mano, el tigre o el pie. Yo mismo, cuántas veces a lo largo de toda mi vida, no solamente al principio del oficio, sino siendo ya todo un profesional, me he acercado a Adolfo para pedirle que me dibujara aquella figura desnuda, aquel brazo o aquellos caballos que yo no sabía hacer.
Y es curioso comprobar cómo la naturaleza nos dota a cada uno de forma diferente y caprichosa. A Adolfo le concedió el don del talento ilimitado, pero le negó el más pequeño ápice de ambición. Le dio la antorcha encendida para que la alzase en la mano, sin tener en cuenta que a Adolfo le gustaba ir con las manos en los bolsillos.
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............señores para quitarse el sombrero tanto al talento de un hombre desconocido para muchos como usero......que injusto es el mundo a veces..como por lo bien que escribe carlos Gimenez.
Finalmente una anecdota sacada de la carcel de papel::
:..........Recuerdo una cena en Valencia con Giménez, Usero, Brocal, Bea, Ventura y un buen montón de amigos en la que Carlos defendía que Usero era el mejor dibujante de la historia, lo que era respondido por éste con un “¡Quitadle la cerveza, que ya desvaría!”. Pero Carlos, cabezón como pocos, seguía diciendo “Adolfo es el único dibujante del mundo que es capaz de dibujar de cabeza un caballo al galope en escorzo desde atrás”, mientras Usero negaba con la cabeza y nos decía “Cada vez está más chochales”.Diez minutos después de conversación, Usero, distraído, estaba dibujando en el mantel de papel un caballo al galope en escorzo desde atrás, con una soltura y una sencillez que destrozaba a cualquiera que lo estuviese viendo, mientras todos callamos y nos quedamos viendo, asombrados, el magisterio de Adolfo con un lápiz.
Y aquí está Maese Espada . Saboréelo poco a poco. Por favor, no lo consuma, no lo lea con prisa. Sería una pena y un desperdicio. Lea este libro despacio, tomándose su tiempo, paladeándolo, como un gourmet ante un plato exquisito. Párese en cada viñeta, observe cómo están dibujadas esa figuras, degústelas. Embelésese con esos caballos dibujados como nunca se han dibujado en una historieta. Mire las patas, los cascos, la belleza de las posturas, la perfección de los movimientos...
Observe cómo están construidos los personajes, el peso, el volumen, el ademán, las expresiones...
Mire las manos, los pies y las orejas –estas tres cosas son las más difíciles de dibujar, y por ellas se reconoce a los grandes dibujantes. Observe que nunca se repiten las posturas, atienda a cómo se mueven las personas y los animales, cada uno ocupando su espacio en la escena, cada uno en su perspectiva, cada uno moviéndose acorde con la composición de la viñeta, cada uno jugando su papel en la narración. Tiene usted una obra de arte en sus manos. Sea consciente de ello.