Mi padre me compró el Pócket de ases de Dazzler en 1984. Siete años tenía yo. Encima, casi todos los números los dibujaba John Romita Junior y salían muchos personajes invitados. Aún tengo ese tomito y me recuerda mi infancia, mis primeras lecturas. Además, casi toda la colección está inédita en España y lo poco publicado aquí, apareció hace más de cuarenta años. Así que sí: voy a comprar los MLE de Dazzler.
No, no, te traiciona el recuerdo, ya que Romita Jr. solamente aboceta los tres primeros (encima, ayudado por otros artistas como Alfredo Alcalá, Walter Simonson, Alan Kupperberg...). Enseguida a partir del cuarto el testigo pasa a Frank Springer, que es bastante discretito.
Yo no diría que la serie está pensada para un público infantil femenino, es decir, esto no es "She-Ra y el Reino Mágico" ni mucho menos. Si acaso,
parece que vaya dirigida más a chicas adolescentes ya enganchadas a Marvel (en efecto, eso en esa época debía ser tan raro como un unicornio, y por eso fracasó la serie). Es decir, tenemos esta colección hecha por señoros cuarentones intentando ponerse en la piel de una aspirante a artista veintiañera, con historias supuestamente dirigidas a adolescentes, y con numerosos invitados de todo el Universo Marvel y altas dosis de continuidad (desde Asgard, al Proyecto Pegaso, a Galactus y sus Heraldos, a la Isla de Ryker, pasando por el entorno mutante, cruce con Secret Wars II... es decir,
lo ideal para marear a una inexperta que no haya leído antes tebeos de superhéroes).
En resumen, la serie para mí es un potaje que fracasa precisamente por no saber a qué tipo de lector dirigirse y hacer un mezcladillo de cuidado.
Además, se pueden ver claramente tres diferentes etapas que cada una supone un bandazo con la anterior: la primera etapa sería la "superheroica", con Dazzler enfrentándose a todo tipo de amenazas superhumanas sacadas del conjunto de colecciones de la Casa; luego pasamos a la etapa "costumbrista", con Dazzler más centrada en sacar adelante su carrera de artista mientras la acosan todo tipo de fans locos (desde algunos que la pretenden románticamente como Roman Nekobh, a otras que la quieren asesinar como Pícara); y por último, tendríamos la fase "road movie", cuando la carrera de Dazzler fracasa definitivamente por su condición de mutante y se pone a vagabundear por ahí.