He ido a mi tienda de cómics habitual.
He sido fuerte (sin pretenderlo, pues iba pensando en que haría lo contrario a lo que he hecho).
He cogido el Starman, lo he ojeado pausadamente, lo he vuelto a dejar donde estaba y no tengo ningún remordimiento.
Y he hecho lo mismo con Hellblazer y GL de Geoff Johns.
Voy a comprar solo lo que me llame de verdad, eso que cuando lo ves te hace maripositas en el estómago, ya me entendéis.
Es lo que me ha pasado cuando he visto el tomo de Flash, es lo que me ha hecho sentirme como aquel crío que iba al kiosco.
He ojeado también el tomo del Vigía y me dado muy buenas sensaciones, es muy posible que me lo lleve un día de estos.
Se puede ser feliz así.

De hecho se es más feliz, una afición no debería ser un problema y si te está agobiando (espacio, inversión económica, pila de lectura...) es que algo no anda bien.
Quería compartirlo porque creo que muchos a estas alturas tenemos sensaciones parecidas.
El completísimo y la ansia viva son una mierda, y lo mismo para el FOMO.
La vida es corta y hay que elegir.