Es curioso cómo ha ido cambiando la narrativa del asunto en semanas y meses.
Primero empezó con que perdían los derechos y luego volantazo hacia otro costado cuando se vio claramente que no era una cuestión de derechos, sino que ECC se iba a la puta y era cuestión pública a todos los niveles. Eso sí, todos se han puesto la medallita de la primicia. Los parecidos con la prensa deportiva han sido acojonantes. El baile de Youtubers, telegramers, influencers, tuiteros y demás ralea con rumores dignos de cuñaos y con supuesta información insider ha sido un puro descojone que ahora se complementa con atizar el árbol caído. Que a ECC le ha caído mucha mierda pero únicamente por parte de los consumidores anónimos, influencers y partes interesadas de la industria han tirado de boca pequeña durante todos estos meses cuando se olía el cadáver o la situación extraña.
Todo muy feo, la verdad