También sobrevivió Xavier.
Estaba parapetado entre sus tochales de tapa dura. Se encontraba revisándolos, para desechar cualquier tomo que tuviera el mínimo defecto. "Me salvó la densidad de la tinta negra, que detuvo las balas. Menos mal que desde que estoy yo, los negros son todo lo negros que tenían que ser" ha declarado. "Entre eso y el aumento de la calidad de la encuadernación y el grosor de las tapas, quedé protegido y debajo de los tochales, Julián no me detectó. Eso sí, casi muero bajo el peso. Los bomberos tuvieron que excarcelarme con un puente grúa"