He visto
ShogunMariko es la musa que me ha enamorado.
Blackthorne, el inglés para entendernos, tiene la mala suerte de ser interpretado por un actor, a mi entender, mediocre. Lo peor de la serie.
La serie tiene sus luces y sus sombras. Se me hace un tanto repetitivo el tema del barco. Tanto "devuélveme el barco" al final cansa. Por otro lado, y como apuntaba
Dogfather, adolece de la falta de una batalla final. Lástima.
Por contra, y sin llegar al nivel perfeccionista de
Ripley (lo mejor que he visto en lo que va de año) tiene una ambientacion y un vestuario logradisimo.
Los títulos de cada capitulo son como pequeños versos, muy del gusto japonés, diría.
Los tres últimos capítulos me han maravillado.
En el octavo hay una de las escenas más bonitas que he visto. El simple gesto de servir un té matcha sirve de acompañamiento para uno de los diálogos más complejos y abre mentes de la serie. Los sentimientos de
Mariko y su marido son diseccionados con la misma sutileza que la preparación del té (nada que ver con la barbarie con que lo preparo yo que no tardo ni un segundo). Las tazas pequeñas, la gota que vuelve a ser agua tras bullir, el polvo verde, el batidor de bambú... Todo aséptico y simbólico. Las frases de Mariko, las miradas y los encuadres hacen el resto para ofrecernos este destello de arte.
El noveno es para verlo. No hay descripción posible. Es visual. El enfrentamiento dialéctico de
Ushido y
Mariko mola, pero el camino hacia la salida de
Osaka de Mariko es tremendamente poético.
El décimo tiene una gran escena final. La sonrisa, esa sonrisa, quizá por inesperada, le otorga mas valor si cabe. Qué bien está rodada esa escena, o al menos, cuánto me ha gustado.
Resumiendo, disfrutable.