Después de la marcha de Thomas, los guionistas de la serie obvian la trayectoria del personaje El recorrido vital que se iba trazando con el material literario de Howard ya no se tiene en cuenta. Son historias autoconclusivas, con un personaje pétreo y sin matices, un desarrollo entretenido y lineal, una falta de exactitud geográfica y antropológica. Los uniformes o las vestimentas de los personajes, aún dibujados por los mismos artistas, presentan unas características diferentes a lo que hemos visto en la etapa de Thomas. Aún así, la lectura no se hace insoportable, y se puede seguir hasta el número 100 y un poco más, hasta llegar a las atrocidades de Larry Kayata y otros guionistas que trataron al personaje como un cliché monolítico carente de carisma, personalidad y párpados...